Saint Seiya : Mitología
Un repaso a los santos de Oro y a los guerreros de Asgard desde la mitología.
Cuando al fin, Saori y los 5 Santos de Bronce llegan al Santuario, son atacados por el Santo de la Flecha Tremy, que consigue clavar una flecha de oro en el pecho de Saori. Conscientes de que la única persona con suficiente poder para salvar a la chica es el propio Patriarca, los caballeros de bronce inician una carrera a contrarreloj para llegar a él; pero antes deberán cruzar las 12 Casas de los Santos de Oro, quedándole sólo 12 horas de vida a Saori.
Aquí entran en acción los doce caballeros de oro, los Santos de Oro, la élite de los Santos de Atenea y la “créme de la créme” de la caballería. Como su nombre indica, sus armaduras están hechas de oro, el metal más noble para los humanos, debido a su color incorruptible y dorado que relacionan con la luz y los rayos del Sol. El oro es también el símbolo de la realeza, y como tal, los Santos de Oro son los más nobles de la orden de los Santos de Atenea, ya que sin ir muy lejos, habitan el Santuario (cuyo nombre evoca un lugar sagrado, no accesible a cualquiera) y visten unas atractivas capas blancas (de los demás santos, solo Misty, Santo de Plata del Lagarto, tenía una). Sus armaduras se inspiran en las 12 constelaciones del Zodíaco, las cuales forman un círculo en el cielo, siendo “tapada” a lo largo del año cada una de ellas por el Sol. De hecho, con estos santos podemos hablar de auténticos caballeros, por lo perfecto y barroco de sus armaduras, que nada tienen que ver con la sencillez y simplicidad de las de bronce o plata, llegando a ser el máximo exponente del arte de Kurumada.
Santo de Aries
El primer portador de la armadura de Aries fue Shion, uno de los originales Santos de Atenea. Su nombre evoca al monte Sión, donde según dicen, se construirá la ciudad de Dios. Al pasar a ser el nuevo Patriarca del Santuario, Shion cedió el puesto de Santo de Aries a Mu (que hace referencia a un supuesto continente perdido, parecido a la Atlántida, que se hundió en un remoto pasado en algún lugar del océano Indico). Ambos, Shion y Mu, pertenecieron a la raza de los habitantes del desaparecido continente de Tao, los cuales construyeron las divinas armaduras bajo la batuta de Atenea. Mu, aunque nacido en el Tibet, ha heredado esa tradición, ya que es el único entre todos los santos, con habilidad para repararlas. La constelación de Aries representa a un cordero macho, pero no uno cualquiera, sino al Vellocino de Oro, la lana del cual se decía que era de oro. Cuando fue sacrificado a Zeus, la dorada piel del animal fue colgada en lo más alto de un árbol de un frondoso bosque y puesto bajo la custodia de un dragón. El héroe Jasón y sus compañeros, los Argonautas, consiguieron robar la piel, a la cual también se le atorgaban poderes mágicos.
Santo de Tauro
El fornido gigante brasileño de 20 años Aldebarán (nombre tomado de la estrella más importante de la constelación de Tauro) es el más corpulento de todos los Santos de Oro, con una armadura parecida al uniforme de un jugador de rugby pero con cuernos. Su técnica de ataque también era sorprendente, puesto que consistía en derrotar al contrincante con los brazos cruzados. La constelación de Tauro representa el toro blanco en que se transformó el dios Zeus para raptar a la bella princesa Europa, de la cual se había enamorado. Para “conmemorar” ese hecho, Zeus puso esa figura taurina en el firmamento.
Santo de Géminis
Saga (nombre de la diosa vikinga de la poesía) es el mayor de los Santos de Atenea con 28 años y un origen griego a sus espaldas, siendo uno de los caballeros más importantes en toda la serie, puesto que (descontando la saga de Asgard) su presencia se hace notar en toda la historia. Él sería el santo poseído por el sanguinario dios Ares, que le dividiría mentalmente en dos personalidades: una buena y otra mala, (como una especie de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde), matando así al Patriarca Shion y suplantando su lugar para engañar al resto de los santos. En definitiva, una esquizofrenia total que acabaría con el suicidio del santo, al no poder soportar sus malos actos. La constelación de los Gemelos representa a los hermanos Cástor y Pólux, hijos del dios Zeus y la reina humana Leda, que rápidamente se convirtieron en grandes héroes, aunque tuvieron una muerte trágica. También se dice que los Gemelos son el dios Apolo y el héroe Hércules, que al tener como padre a Zeus serían gemelos (a pesar de haber tenido madres diferentes).
Santo de Cáncer
El siciliano de 23 años Death Mask (“Máscara de la Muerte”) era el más perverso entre los Santos de Oro. Su templo estaba decorado con los cadáveres de sus víctimas, las almas de las cuales tampoco dejaba en paz, reteniéndolas en dicho templo (cuyo número, el 4, es considerado de mala suerte en China y en japonés puede escribirse como “shi”, o lo que es lo mismo: “muerte”). Al final, su propia armadura lo abandonaría ante tanta maldad. La constelación del Cangrejo tiene su origen en uno de los 12 trabajos de Hércules. Cuando dicho héroe combatía la Hidra en los pantanos de Lerna, la diosa Hera, resentida con Hércules por ser uno de los hijos ilegítimos de su marido Zeus, hizo surgir un cangrejo gigante de las aguas para matarlo. Pero Hércules consiguió deshacerse tanto de la Hidra como del cangrejo, por lo que Hera no tuvo más remedio que conformarse con elevar a los cielos a su crustáceo criado.
Santo de Leo
Aiolia (Aioras en la serie, viene del griego Aeolia, lugar donde tenía su morada según la mitología el dios de los vientos Eolo) es el noble griego de 20 años y hermano pequeño del Santo de Sagitario, engañado por el Patriarca para que luchase contra los seguidores de Atenea, haciéndole caer en una especie de locura. El León representa al león de Nemea, una terrible fiera cuya piel era tan dura que ni flechas ni lanzas conseguían atravesarla. En el primero de sus 12 trabajos, Hércules consiguió matarlo con su garrote de un violento golpe en la cabeza. Con la piel del león se hizo una capa con la que se protegía de flechas enemigas y con la cual siempre era representado. El león también simboliza lo masculino, el Sol y, posteriormente, la monarquía.
Santo de Virgo
El veintañero Santo de Virgo, nacido en la India, se autoproclama como la reencarnación del primer Buda o “Iluminado”. De hecho, su nombre, Shaka, es una forma de denominar a Buda en Japón. Sea o no eso cierto, la verdad es que de todos los santos, éste es el que más se acerca en poder a los dioses. Además, será el primero en alcanzar el octavo sentido para poder acceder al Infierno y así acompañar a Atenea en la última saga, por el momento, de los Santos. La constelación de Virgo (“la Virgen”) representa a la diosa Astrea, primitiva diosa de la Justicia, hija de Temis y Zeus. Durante la mítica y legendaria “Edad de Oro”, bajó a la Tierra para enseñar a los hombres los sentimientos de justicia y de virtud; pero al descubrir la Humanidad la maldad (más accesible y cómoda) durante la “Edad del Hierro”, la diosa decidió abandonarlos, pues ya no le hacían caso. Así que volvió a ascender a los cielos, donde sigue instalada.
Santo de Libra
Dohko (nombre que significa “tigre pequeño”) es el maestro de origen chino de Shiryu, con cierto aire a Yoda de “Star Wars”. Tiene la espectacular edad de 261 años, siendo quizá el personaje más mayor de toda la serie. También fue el Santo de Oro de Libra durante la guerra entre los Santos de Atenea y los Espectros de Hades, hace ya dos siglos. Junto a Shion, Santo de Aries, fue el único superviviente. Ahora vigila los montes de los Picos de Rozan, lugar donde quedaron atrapadas las almas de los derrotados Espectros, a la espera del resurgimiento del dios Hades. Entonces volverá a rejuvenecer y a enfundarse su dorada armadura, la cual tiene como accesorios hasta 12 tipos de armas (una para cada uno de los Santos de Oro). La constelación de Libra representa una balanza, símbolo de la diosa de la Justicia Astrea (o también llamada Dike). Es el único signo que no es un ser vivo y su función es la de pesar las almas de los difuntos o el destino de los seres humanos.
Santo de Escorpio
Otro veintañero enfundado en una armadura de oro, Milos (nombre de la isla griega donde nació este santo) es uno de los santos más mortales de los 12; y aunque en el último momento decide a unirse a la causa de Seiya y cía, fue uno de los santos enviados por el Patriarca para eliminar a los Santos de Bronce. El origen de esta constelación la encontramos en la leyenda griega que nos cuenta como Orión, un hijo gigantesco del dios Poseidón, intentó violar a Artemisa, diosa de la Caza y de la Luna. Para quitarse de encima al gigantón cazador, la diosa hizo surgir de la tierra un escorpión gigante que se encargaría del acosador. Orión huyó, pero al final el escorpión le picó en el talón. Admirado por esos dos seres, el dios Zeus los elevó a los cielos; y aún hoy se puede ver como detrás de la constelación de Orión se encuentra la de Escorpio, que lo perseguirá hasta la eternidad.
Santo de Sagitario
Aiolos fue quizá el más noble de los santos, y el que inspiró a las nuevas generaciones (especialmente a Seiya, que heredaría su armadura). De hecho, iba a ser nombrado el nuevo Patriarca, después de Shion, cuando Saga se autoproclamó él mismo señor del Santuario. Descubriendo realmente quien era Saga, lo que había hecho al viejo Patriarca Shion y lo que quería hacerle a Saori/Atenea (por entonces tan solo un bebé), este griego de 20 años pagó con su vida la defensa de la infante Atenea, entregándola al multimillonario Mitsumasa Kido, junto a su armadura. Como testamento dejó su templo, el cual sería “leído” por unos emocionados Santos de Bronce. La constelación de Sagitario (la cual se encuentra enclavada al Sur de la Vía Láctea) representa a un centauro, una criatura mitad hombre y mitad caballo, disparando una flecha. Este centauro era el sabio y viejo Quirón, el único entre los de su raza en ser íntegro, inteligente e inmortal. Entrenó a una larga lista de héroes: Asclepio (que ocuparía junto a él en el cielo la constelación del Ofiuco), Jasón, Teseo, Aquiles, etc… Pero en una disputa entre unos centauros y el héroe Hércules, fue herido por equivocación por el héroe con una flecha, cuando intentaba poner paz. Como era inmortal no podía morir, de forma que cuando el dolor de la herida llegó a cotas insoportables, pidió al gran dios Zeus que lo finalizara. Éste lo colocó entre las estrellas.
Santo de Capricornio
El único representante español de los santos (originario de los Pirineos) es Shura, de 23 años, y que trece años atrás fue el verdugo del Santo de Sagitario, Aiolos, el cual intentaba huir con la joven Atenea. En las 12 casas se enfrentará al Santo del Dragón Shiryu, utilizando su arma más poderosa: la espada Excalibur, la cual tiene “incorporada” en ambos brazos y piernas. El origen del mito de la espada Excalibur no se encuentra en la mitología griega, sino en la mitología del pueblo de los celtas, según los cuales fue la espada mágica que empuñó el legendario rey Arturo; que siglos más tarde pasaría a protagonizar las novelas de caballerías de la Edad Media, junto a sus caballeros de la Mesa Redonda (en “Saint Seiya” al menos podemos saber cómo acabó su espada: pasó de un caballero… a otro caballero). Según se cuenta, cuando nació el dios Zeus en los albores del tiempo, tuvo que ser escondido en las entrañas de la Tierra, pues su padre, el anciano dios Cronos, quería matarlo al saber que Zeus podía convertirse algún día en el jefe de todos los demás dioses, destronándole a él (como al fin sucedió). Para alimentar al divino bebé se encontraba la cabra Amaltea, que lo alimentó con su leche. Muchos años después, cuando Zeus se había convertido ya en el señor del Mundo, elevó a la cabra a los cielos como señal de gratitud por los servicios prestados durante su infancia.
Santo de Acuario
Camus es el entrenador francés de 20 años del Santo del Cisne Hyoga, mientras que en el “anime” era el maestro del Santo de Cristal, a su vez maestro de Hyoga. En la saga de las 12 Casas, luchó en dos casas: en la de Libra, donde dejó congelado a Hyoga en un bloque de hielo, y en la suya propia, en la que volvería a enfrentarse a Hyoga, para morir en sus manos, orgulloso de que su alumno al fin le superara. La historia dice que el joven Ganímedes era el chico más bello de toda la antigüedad, siendo un príncipe de la ciudad de Troya. Tanto era así, que Zeus, el cabecilla de los dioses olímpicos, se enamoró de él, y convirtiéndose en una gran águila lo raptó, mientras el chico sacaba a pastar el ganado de su padre. Desde entonces, el joven Ganímedes reside en los cielos, junto a los dioses, a los cuales sirve el néctar, la bebida de la inmortalidad (por eso, en su constelación, la de Acuario, se le representa con una vasija llena de agua).
Santo de Piscis
Según el propio Saga, Afrodita es el más bello de los 88 santos. Este sueco de 22 años de apariencia andrógina era, junto al Santo de Cáncer, uno de los pocos caballeros conscientes de que el nuevo Patriarca era la reencarnación del despiadado dios Ares, lo cual no deja de tener su importancia: Afrodita era el nombre de la diosa de la Belleza y el Amor, la cual mantuvo un romance con el sangriento dios guerrero Ares, por lo que no deja de tener su lógica que un santo llamado Afrodita sirva al dios Ares. Además, dicho santo utilizaba en sus ataques flores de rosa, la planta consagrada a Afrodita. Los dos peces de la constelación de Piscis representan a los dos pescados que ayudaron a la misma diosa Afrodita y a su hijo Eros (dios del Amor, más conocido como Cupido) a huir por el mar de la furia del gigante Tifón.
Saga de Asgard
Esta saga, es, por así decirlo, una introducción a la Saga de Poseidón. En dicha aventura nos sitúan en la tranquilidad y paz conseguidas por los Santos protagonistas después de derrotar al falso Patriarca del Santuario. Pero otro mal va cogiendo forma en otra parte de la Tierra: En el lejano Norte, en las heladas fronteras del Ártico, otros dioses guerreros están a punto de desperta. En dicha saga, y hablando en términos mitológicos, la serie gira 180º. Sí el punto de partida anterior era el imaginario, surgido de los pueblos mediterráneos como los griegos o los romanos (con alguno que otro toque oriental), ahora el escenario y la épica vienen de la mano de los mitos y leyendas de los pueblos del Norte: germanos y normandos (también conocidos como vikingos), los cuales ocuparon el inhóspito, frío y boscoso Norte de Europa, construyendo una mitología de dioses y héroes de tradición oral, capaz de rivalizar con la grecolatina. Más tarde, estos relatos y mitos serían recopilados y escritos en las “sagas” (de ahí el nombre) y “actualizados”, como hizo el compositor alemán Richard Wagner con su ópera “El anillo del Nibelungo”, de la cual Kurumada saca muchos elementos y nombres. En este escenario nos situamos en el reino boreal de Asgard (nombre dado al mundo donde los dioses tenían su morada). Allí se encuentra Hilda, una diosa menor encargada de vigilar los hielos perpetuos del Ártico para que no se fundan e inunden el mundo en un gran diluvio. En estos mismos hielos fue donde la diosa Atenea encerró en el pasado el alma del dios marino Poseidón, después de derrotarle. Es este mismo quien también influye negativamente a la guardiana de los Hielos para que utilice el ya de por sí maléfico “anillo del Nibelungo” para fines nada honestos. Hechizada por el poder del anillo, la chica decide levantar el maltrecho reino de su dios “jefe”: Odín, el padre de los dioses y creador de “Midgard”, el mundo de los humanos. Así, la joven valkiria, convencida por la locura de Poseidón de que los santos de Atenea son una amenaza para su reino, despierta a los dioses guerreros de esa tierra, gracias al poder del anillo, equipándoles con las legendarias armaduras divinas. Éstas, a diferencia de las de Atenea, no fueron construidas de diferentes tipos de metal, sino que su poder reside en las piedras preciosas que llevan incrustadas. Además, dichas armaduras no representan las constelaciones del cielo como era el caso de las de Atenea (construidas a partir de las figuras mitológicas que los antiguos griegos aseguraban ver en la bóveda celeste), sino que representan criaturas y seres de un pasado mítico y nórdico. A su vez, sus nombres proceden de personajes legendarios de esas tierras (y que se pueden encontrar también en la comentada ópera de “El anillo del Nibelungo”), y de los nombres de dos constelaciones: la de la Osa Mayor y la Osa Menor, la cual marca el Norte celeste.
Hilda de Polaris
Hilda es la valkiria (un grupo de diosas menores encargadas de recoger las almas de los guerreros valientes caídos en combate) que se ocupaba de vigilar los hielos perpetuos del Gran Norte para que estos no se fundieran, inundando el planeta. Pero cuando un día se encontraba rezando a su padre y protector, el dios Odín (el más grande de los antiguos dioses escandinavos), el dios Poseidón la corrompió con el Anillo del Nibelungo para ponerla en contra de Atenea y sus santos. De hecho, Hilda tiene muchas semejanzas con otro personaje de la mitología nórdica, retomado en la tetralogía de “El Anillo del Nibelungo”. Se trata de Brunildhe, otra valkiria que por respeto a Wotan (el nombre germánico de Odín) fue desterrada del mundo de los dioses a la Tierra. El sobrenombre de Hilda le viene de la estrella Polar, que marca el Norte en el cielo y es la principal de la constelación de la Osa Menor.
Siegfried de Dubhe : Guerrero de Alfa
El más poderoso de los siete guerreros divinos es la reencarnación del más grande de los héroes nórdicos. Si para los griegos el héroe por autonomasia era Hércules y para los celtas Cu Chulainn, para los pueblos de Escandinavia y centroeuropa fue el joven Siegfried (o para ser más fieles, Sigurd). Fruto de las relaciones incestuosas entre los hermanos Siegmund y Sieglinde, fue criado por el mezquino enano Mime, que reforjó la espada rota de su difunto padre, llamada Notung, para que matase al dragón Fafnir, el cual protegía un tesoro que el enano codiciaba a toda costa. Siegfried, joven e inocente, pero fuerte y decidido, mató al dragón, descubriendo que podía entender el lenguaje de los pájaros si bebía de la sangre del monstruo. Estos le dijeron que su padre adoptivo le había engañado, pues después de conseguir el tesoro, planeaba matarle. Ni corto ni perezoso, Siegfried no tardó en asesinar al traidor enano. Luego se bañó en el resto de la sangre del dragón, consiguiendo así la inmortalidad y la fama que le reportarían sus aventuras y desventuras posteriores. En resumen, nuestro guerrero divino es por lo tanto el más noble y fuerte del grupo, portando la armadura del dragón Fafnir.
Hagen de Merak : Guerrero de Beta
Entrenado para resistir el calor, Hagen es un joven enamorado de la hermana pequeña de Hilda, Freya, que no soportará el ver como ésta ayuda ha escapar al prisionero santo del Cisne Hyoga. Con él se enfrentará en una caverna de las montañas de Asgard. Hagen era el nombre de uno de los personajes de la vida del mítico Siegfried. En la obra “El Anillo del Nibelungo” es el personaje, hijo del malvado enano Alberich, que acaba con la vida del supuestamente invulnerable héroe clavándole una lanza por la espalda, en el único punto donde podía ser herido de muerte. Su armadura representa al caballo Sleipnir, que servía de montura al gran dios Odín para cabalgar entre los diferentes mundos, gracias a sus ocho patas.
Thor de Phecda : Guerrero de Gamma
Thor es el guerrero divino más grande y corpulento de todos, siendo casi un gigante. Thor se dedicaba, antes de ser de ser consagrado como guerrero divino, a cazar para su pueblo en tierras consideradas como sagradas. Por eso, en alguna ocasión fue detenido por la guardia de Hilda. Sin embargo, y gracias a la compasión de ésta, será puesto en libertad. Su nombre procede del heroico y fuerte Thor, dios del rayo y el trueno, una de las deidades más veneradas por los vikingos por su bonachonería y poder, del cual se contaban numerosas aventuras y relatos populares. Dicho dios iba equipado con su martillo Mjolnir, “el Destructor”. De igual forma, este guerrero divino va equipado con dos enormes hachas. Su armadura representa a la serpiente Jormungandr, que según dicen nació de las fuerzas del Mal y rodea todo el mundo con sus descomunales escamas, mientras espera al Ragnarok, el Fin del Mundo vikingo, en el cual habrá de luchar en un combate a muerte con Thor.
Alberich de Megrez : Guerrero de Delta
Alberich pertenece a la dinastía de los Megrez. Según dice la leyenda, estos temibles guerreros divinos poseían cierto dominio sobre las fuerzas de la Naturaleza, llegando a enfrentarse algún antepasado de Alberich con el mismísimo Santo de Libra, el maestro de Shiryu. Alberich (nombre del malvado enano que en la mitología nórdica forjó el maligno “anillo del Nibelungo” que condenó el destino del héroe Siegfried) es consciente de la manipulación de la cual es víctima su patrona Hilda. Aún así, intentará aprovecharse de la situación robando los zafiros de las demás armaduras divinas y así conseguir un poder inigualable. Su armadura recuerda a un murciélago, supuestos guardianes del Mundo Subterráneo o de los Muertos, donde habitaba la raza de los enanos nibelungos, como Alberich, del cual recibe el nombre.
Fenrir de Alioth : Guerrero de Épsilon
Fenrir pertenecía a una de las más importantes familias de Asgard, hasta que durante un tranquilo paseo por el bosque, un oso mató a sus padres. Entonces una manada de lobos le defendieron y lo adoptaron. Desde entonces, el guerrero de Épsilon combate junto a Jin, un lobo gris con una extraña marca en la frente. Su nombre, al igual que su armadura, proviene de Fenrir, el lobo gigante hijo del malvado dios Loki, que en el Ragnarok o Fin del Mundo, habrá de combatir a los dioses.
Syd de Mizar y Bud de Archar : Guerreros de Zeta
Syd y Bud son dos hermanos gemelos de triste historia, pues Bud fue abandonado de pequeño en el bosque. Aún así, y a pesar de su rencor, ayudará a su hermano en los combates, siempre en las sombras (ya que por sí sólo, Syd es uno de los guerreros más débiles). Syd y Bud son los nombres de los dos lobos gemelos que servían al dios Odín. Sus armaduras, idénticas en los dos hermanos menos por el color (una es blanca y la otra negra), representan a dos tigres de dientes de sable, una especie extinta de felino que vivió en Asia y Norteamérica, siendo su máximo apogeo la última glaciación, en plena Edad del Hielo.
Mime de Benetnasch : Guerrero de Eta
Mime es, según los demás guerreros divinos, un rival terrible debido sobretodo a que es el hijo del poderoso Folker (aunque al final descubramos la verdad sobre su pasado y linaje). Sin embargo, Mime repudia la violencia y combate con una lira, con la que cada nota es mortal para sus rivales. El nombre de Mime es el del enano nibelungo que en la epopeya de “El anillo del Nibelungo” es hermano de Alberich y tutor del joven héroe Siegfried. Su armadura representa una lira, instrumento presente en la historia de Aslaug, la hija de Siegfried y la valkiria Brunildhe.
Odín
Cuando los 7 guerreros divinos son derrotados por nuestros protagonistas, estos se enfrentaran contra Hilda y su “anillo del Nibelungo”. Para tal propósito, Seiya se verá revestido con la armadura de Odín. Odín era el Dios más importante de las tierras escandinavas. Él fue, junto a dos de sus hermanos, quien creó el mundo de los hombres, y a la Humanidad misma, a partir de los restos de sus más encarnizados enemigos: los gigantes del hielo. Era una deidad fundamentalmente guerrera (por eso no es raro que posea su propia armadura), pero también bendecía a los poetas y sabios, porqué, si algo distinguía a Odín de otros dioses, era su afán de búsqueda de belleza, conocimiento y sabiduría. Por eso recorría los diferentes mundos (el de los hombres, el de los enanos, el de los elfos y el de los gigantes, etc) en esta búsqueda eterna. Cuando pasaba por Mid-gard (la tierra de los hombres), solía aparecer con la forma de un viejo peregrino al cual le faltaba un ojo (ojo que sacrificó para incrementar su sabiduría); aunque solía ser representado como un poderoso guerrero con dos cuervos a cada hombro y su mágica lanza en mano (casi como aparece en la estatua de hielo de su santuario de la serie). En “Saint Seiya” es el patrón de Asgard (el nombre que en la mitología recibía el mundo de los dioses), al cual los 7 guerreros divinos hacen honor. Al ver la corrupción en su reino, el dios se “reencarna” en Seiya, equipándolo con su armadura y la espada Balbunga, con la cual será destruido el “anillo del Nibelungo”, frenando los planes de Poseidón, el cual al fin deja libre a la sacerdotisa de Odín, Hilda.
Freya
A pesar de no ser una guerrera, la hermana pequeña de la princesa Hilda (que ayudará a los protagonistas a que detengan a su, últimamente, rara hermana) merece mención por su “conexión” mitológica. Freya era el nombre de la diosa nórdica de la Fertilidad, la Primavera y la Belleza. Poseía un collar mágico y una capa de plumas de ave que le permitía volar. Como la Freya de la serie, era de carácter dulce y amable, siendo de la familia de los Vanir, una de las dos grandes familias de dioses que para los antiguos noreuropeos existía. La otra era la de los Ases, a la cual pertenecían Odín y Thor, que eran básicamente dioses guerreros, mientras que los Vanir eran dioses más pacíficos, dedicados a la fertilidad y la naturaleza. Y aunque en el pasado hubo una guerra entre las dos familias divinas, Odín decidió adoptar a la joven Freya (y a su hermano Frey) como símbolo de buena voluntad.