Saint Seiya: desde la mitología

Análisis de de la serie “Saint Seiya” a partir de sus contenidos mitológicos.

En el siguiente artículo intentaré analizar esa mítica serie que es y será “Los Caballeros del Zodíaco” precisamente desde el punto de vista de la Mitología, la cual sirvió de base al autor Masami Kurumada, junto a la Astrología, para crear esta saga de combates, fe y amistad, realizando una nueva lectura de la mitología occidental al ser precisamente él un oriental (de forma similar a como ya hicieron los creadores de Gainax con “Evangelion” y la imagenería judeocristiana).

Una nota aclaratoria
A pesar de que la serie fue traducida aquí como “Los Caballeros del Zodíaco”, la verdad es que en el original se emplea el término “saint” (“santo”) para designar a los portadores de las armaduras sagradas. Si nos atenemos al diccionario, un caballero es un “hombre que se conduce con distinción, cortesía y dignidad”, y un santo sería un “ser virtuoso, muy resignado”, de manera que las dos palabras no se encuentran tan alejadas. De todas formas, sólo dire que el término “caballero” me parece más correcto por la vertiente más belicosa y guerrera de los personajes en detrimento que la religiosa. Además, el hecho de que lleven armaduras los conecta más con los auténticos caballeros medievales y la mitología que estos mismos generaron. A pesar de esto, utilizaré el término “santo” por ser más fiel al original y, por qué no decirlo, por ser más corto.

Empecemos desde el principio

Según cuentan, cada vez que las fuerzas del Mal amenazan al mundo, la diosa Atenea se reencarna en una joven muchacha para dirigir a los santos que ella misma equipó con armaduras de oro, plata y bronce en un pasado quizá ya no tan mítico o fabuloso…

¿Pero quién era en realidad la diosa de origen griego Atenea en el seno de dicha civilización?. Por suerte para nosotros, hemos heredado de los griegos muchas cosas, entre ellas una completa y deslumbrante mitología, a la cual no le falta de nada. Según esta misma, Atenea, o Atena, tuvo un nacimiento de lo más curioso (como de hecho, todos los nacimientos de dioses), ya que nació de la cabeza de su padre Zeus, el dios más importante y poderoso de los griegos, por ser el dios de la Tormenta, Padre y Señor de los demás dioses y Amo Supremo del Universo. Así pues, sucedió que un día Zeus empezó a sentir unos repentinos y agudos dolores de cabeza. Cuando el dolor llegó a ser insoportable, le pidió a su hijo Hefestos, el feo dios del Fuego y los Herreros, que le golpease la cabeza con uno de sus martillos, para conseguir expulsar el dolor de su cabeza. Como es natural, Hefestos dudó al principio de realizar esa acción, pero al final, y con todas sus fuerzas, golpeó la testa de Zeus con una hacha, y como era de esperar, le abrió la cabeza a Zeus. Pero fue justo en ese momento cuando tuvo lugar el milagroso nacimento.

Equipada con una armadura (lanza y escudo incluidos) y totalmente adulta, surgió Atenea de la cabeza de Zeus, para asombro de los demás dioses.
Rapidamente, Atenea se convirtió en la diosa de la Sabiduría y la Inteligencia, ya que enseñó a los primitivos humanos la agricultura, el pastoreo, la construcción de objetos útiles y, en difinitiva, todo aquello que nos hace ser “civilizados”. Pero como diosa guerrera que era, también era considerada patrona de la Guerra, pero en los campos de la estrategia y la diplomacia (para la Guerra bruta y sangrienta ya se encontraba su hermano Ares). Llamada también Palas Atenea, era conocida como la “ojizarca”, por tener, como según decian, los ojos azules. Sus animales consagrados eran la lechuza y la serpiente, símbolos de la sabiduría oculta; y el olivo era su árbol sagrado. Ayudó a toda clase de héroes y como es lógico, era muy respetada por los humanos, que la reverenciaban, no así algunos de los dioses, que no veían con agrado el talento de una joven diosa a la cual consideraban una entrometida. Este era el caso de Poseidón, el voluble dios de las Aguas y el Mar, hermano de Zeus y por tanto tío de Atenea, con la cual tuvo un encontronazo cuando los hombres decidieron poner el nombre de la diosa a la ciudad más grande de Grecia, en contra del suyo (ya que como todos sabemos, la capital de Grecia acabó llamandose Atenas, y no, por ejemplo, Posidonia).

En la serie, la diosa se encuentra residente en el cuerpo de la joven Saori Kido, una griega de 13 años, llamada a representar una nueva era de paz para la humanidad, junto a sus guerreros, que ya en el pasado le ayudaron a “salvar el mundo”, literalmente, de amenazas como Hades (del cual hablaremos más adelante).

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