La Nostalgia y el Manga

¿Realmente son tan buenas las series que recordamos de nuestra niñez?

Aunque es un tema que bien podría enfocarse desde el punto de vista de los videojuegos, el cine o la música, es en su relación con el manga y el anime sobre lo que trataremos hoy. Hablamos, ya digo, de la nostalgia: ese determinante factor irracional que nubla nuestro sentido crítico y nos hace suspirar ante series, comics o películas que vimos en un pasado (sobre todo a lo largo de nuestra niñez).

Un ejemplo claro para introducir este tema sería el siguiente: ¿quién no recordaba maravillosa una película que hacía años que no veía, pero en cuyo nuevo visionado le ha parecido mala hasta decir basta? La principal diferencia entre una obra cinematográfica cualquiera, y una serie de manga o anime, por ejemplo “Dragon Ball”, es que la primera la disfrutamos en una sola ocasión (o dos, o tres… pero no muchas más), mientras que la segunda convivió con nosotros tarde tras tarde durante meses o años. Por ello es imposible recordar obras como “Saint Seiya” u “Oliver y Benji” sin sentir un hondo sentimiento de bienestar y añoranza. La gran pregunta es ¿son realmente tan buenas todas estas series de nuestra infancia o por el contrario es nuestra exagerada nostalgia la que nos hace recordar y defender con uñas y dientes cosas que a día de hoy pueden llegar a calificarse incluso de “ridículas”?

Mi duda sobre este tema nació a raíz del visionado de unos capítulos del archiconocido anime “Mazinger Z”, de gran éxito en nuestro país durante los años setenta. Como yo por aquellas fechas no estaba ni en proyecto, sentí curiosidad por ella, debido a las maravillas que la gente una década mayor que yo hablaba de esta mítica serie. Bien, pues al ver las aventuras de este gigantesco robot con alguien que sí disfrutó del personaje durante su infancia, nuestras reacciones resultaron radicalmente opuestas: mientras él alucinaba ante tanta acción y semejante derroche de imaginación y cultura “pop”, a mí me pareció un autentico tostón, desfasado a más no poder a día de hoy.

De cualquier manera, mi preocupación realmente creció cuando el caso sucedió de manera contraria: estaba viendo yo un capítulo de mi querida serie “Saint Seiya”, cuando mi hermano, diez años más joven que yo, no era capaz de entender que atractivo podía ver en aquellas interminables luchas entre refinados caballeros. En ese momento me sentí como un hippy setentero que viste pantalones de campana y escucha Jefferson Airplane mientras dice a los jóvenes actuales que no saben realmente lo que es divertirse, o que la música moderna apesta.

Una cosa es segura, tanto la poderosa industria de Hollywood, como, cada día más, otras diferentes editoriales y productoras han visto el beneficioso negocio que esto supone, lo cual ya no resulta un secreto para nadie. Por lo tanto, al menos a nivel lucrativo, parece que el reconocimiento al pasado resulta más interesante que nunca, si bien esto tampoco nos puede ayudar mucho a despejar nuestra interrogante de hoy, ni siquiera a nivel representativo; por ejemplo, que se vaya a estrenar la película del “Capitan Trueno” no quiere decir que este héroe de comic está más de moda que nunca, precisamente.

Así pues, solamente podemos llegar a una conclusión: el tiempo es cruel y despiadado con todo aquello que quedó atrás, ya sea de moda (quién no ha visto los primeros videos de Madonna, por ejemplo), cine, música o, en este caso, de manga y anime de lo que hablemos; contrariamente, al menos permite que todos nosotros, que en el pasado disfrutáramos con lo que hoy en día puede resultar obsoleto, continuemos hechizados, y que gracias a ello digamos o escuchemos frases como “ya no se hacen series como “Mazinger Z”.

Tan solo un desconsiderado, egoísta y ruin pensamiento puede aliviar nuestra ira hacía aquellos jóvenes que, pisando fuerte, vienen arremetiendo contra nuestras pasadas aficiones: a ellos les sucederá lo mismo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *