Kentaro Haneda
Homenaje al compositor de la saga Wizardry.
El pasado día 2 de junio nos abandonó un gran compositor de origen japonés, el conocido Kentaro Haneda. Sus aportaciones al mundo de los videojuegos y la animación fueron notables, aunque en tierras niponas era más famoso por ser el presentador de un programa de televisión llamado “Daimei no Nai Ongakukai”. Atrás deja legiones de fans, cientos de personas que disfrutaban con él en TV, y numerosos estudiantes que aprendieron nuevos conocimientos sobre el mundo de la música gracias a sus enseñanzas.
Haneda, nacido el día 12 de enero de 1949 en Shinjuku, Tokyo, siempre estuvo vinculado al mundo de la música. Se licenció en piano dentro de la Toho Gakuen School of Music, y posteriormente ganó el tercer premio en la sección de su especialidad en la competición musical organizada por el Mainichi Shimbum en 1970. Con el tiempo devolvió el favor a la escuela de música donde estudió trabajando como profesor, momento en el cual tendría oportunidad de ilustrar a multitud de estudiantes.
Su debut profesional llegó en 1980 con “Space Battler Barudiosu” y “Takarajima”. Dos años después cedió su talento a “Science Rescue Party Technoboygen” y a la clásica serie de animación “Space Adventure Cobra”. En el 83 sus colaboraciones con el mundo de la animación, que por entonces ya eran frecuentes, aumentaron de manera considerable. Así, trabajó en la banda sonora de “Super Space Fortress Macross”, “Hadashi no Gen” (emotiva película sobre lo ocurrido en Hiroshima), y “Super Dimension Century Orguss”. Ahí no acabarían las cosas, dado que también participó poco después en las canciones de “Uchû senkan Yamato: Kanketsuhen”, “Meitantei Holmes” (la mítica serie de Sherlock Holmes con animales), o “Onegai! Samia don”.
Videojuegos
Buena parte de sus composiciones fueron a parar a series de animación, pero el trabajo de Haneda también tuvo una gran repercusión en el mundo de los videojuegos. Se le conoce especialmente por la saga “Wizardry”, donde era la principal cabeza de la banda sonora de todos los juegos. Su figura podría ser equivalente a la de Nobuo Uematsu en “Final Fantasy” o Koichi Sugiyama en “Dragon Quest”. Él solito compuso las canciones de las tres primeras entregas de la saga, creando melodías realmente bellas. Posteriormente compartió el trabajo con Tamiya Terashima, quien le echaría una mano en los capítulos V, VI y en “Wizardry: Llylgamyn Saga”. Ésta fue la última entrega de la franquicia en la que participó, dado que a partir de entonces, por una u otra razón, optó por cambiar de aires y dejar el pabellón cuando todavía estuviera en la cima (en “Llylgamyn Saga” comenzaban a apreciarse síntomas de agotamiento).
Pero ahí no acabaron sus colaboraciones con los videojuegos. También participó en el RPG “Y´s”, y produjo el disco Genso Suikoden Ongaku-shu, uno de los más apreciados por los fans de la famosa saga creada por Konami.
Otros Trabajos
La figura de Haneda estuvo ligada durante mucho tiempo al mundo de los personajes Disney. Así, lanzó multitud de discos relacionados con ésta temática, entre ellos “Disney Delightful Piano Melody”, “Disney Peaceful Piano Melody”, “Disney Love & Ballade Collection” o “Disney Baby Lullaby”. También participó en las bandas sonoras de dramas, así como en películas y series reales del género sentai. En sus últimos años editó varios discos en solitario, entre ellos “Les Quatre Saisons”.
Su trabajo más reciente fue en el programa de televisión “Daimei no Nai Ongakukai”. En él tomaba las riendas como un divertido y cómico presentador que encandilaba al público de todas las edades.
Conclusión
Echaremos de menos a Kentaro Haneda, de eso no hay duda. Aunque hubiera dejado de colaborar con “Wizardry” y el mundo de los videojuegos desde hace unos años, seguía siendo una figura clave entre los compositores japoneses. Sólo tenía 58 años, pero el cáncer de hígado que lo llevó a la muerte no pretendía saber de edades. En Japón lloran su desaparición fans, estudiantes, y familiares, además de la audiencia de “Daimei no Nai Ongakukai”, que siempre le recordará por combinar humor con profesionalidad.