El monstruo de color de rosa

Sexo, violencia y asco se mezclan en las trece historias que componen este manga.

Dentro de la colección Seinen Manga (manga para adultos) de Glénat, tenemos las perversiones que nos presenta el autor Suehiro Maruo en “El monstruo de color de rosa”. Este no es un manga convencional ni comercial. Además de estar dotado del particular estilo de su autor, a caballo entre el manga y los dibujos japoneses de aberraciones, tiene una temática bastante amplia dentro de muchas de las consideradas inmoralidades sexuales, como por ejemplo violencia, incesto, escatología y violaciones, entre otras lindezas. Todos estos temas oscuros son tratados sin tapujos y con la bella expresividad de una imagen muy acabada y perfeccionista.

Autor

Suehiro, que visitó el pasado salón del comic de Barcelona para presentar “El monstruo de color de rosa”, nació en el seno de una familia pobre en 1956.
Su obra más conocida es “Midori, la chica de las camelias”. Una de sus peculiaridades es titular sus obras de una forma inocente, probablemente para que el lector se asombre al encontrar esas historias tan alejadas de la pureza e inocencia del título.
El autor tiene en su haber un historial de delincuencia menor tal como hurto de discos y otras pequeñas cosas; y además no se caracterizó por ser un buen estudiante, saltándose la mayor parte de sus clases en pos de dedicarse al mundo callejero. Las horas, bastante pocas, que pasaba en clase las aprovechaba para perfilar su estilo como dibujante.
A los 18 años decidió presentarse a la revista “Shonen Jump” con algunos de sus trabajos. Como es evidente, para una revista dedicada a jóvenes donde se tratan argumentos bastante más suaves, rechazaron su trabajo por no cumplir con los requisitos morales usados en esa revista.
Cinco años después fue contratado otra revista, más acorde con su tipo de dibujo. En seguida salió del encasillamiento de “autor erótico” para formar parte de un grupo selecto de autores manga que hacen ediciones de lujo.
Aunque la temática no entusiasme a una gran parte del público es una característica muy notable de su trabajo y, además es un maestro innovando estilos en sus historias. En el “Regreso del Dr. Caligari” y en “La princesa caballero” podemos ver el clásico blanco y negro con tramas, entremezclado con un rojo intenso y un rosa palo, así que en lugar de trabajar con tonalidades de grises, amplía la gama y escoge otros dos colores muy cálidos para resaltar los detalles. Además se caracteriza por innovar mucho en sus páginas y llevar un estilo muy retro en ellas; un signo de distinción.

Argumento

Se trata de un compendio de trece historias cortas, cada una con sus peculiaridades, que fueron publicadas entre los años 1980 y 1982 en diversas revistas japonesas de manga para adultos.
Estas historias son:

– El regreso del Dr. Caligari
– La princesa caballero
– Las costumbres del criado
– La niña de las camelias
– La historia de nuestros globos oculares
– Yo soy tu retrete
– El joven Z
– Belleza natural
– Kawayanosuke el virgen
– Sangre y rosas
– El juego más doloroso
– Su pudre la noche
– Se pudre la noche * el chaval

Como se ve en los mismo títulos, el autor bebe de muchas fuentes de inspiración, como puede ser la película de principios del siglo XX “El gabinete del doctor Caligari” (1919). En su versión de ésta el argumento es sencillo, con un “despierta, viola y luego ¡¡mata!!” el Dr. Caligari encarga a su discípulo que se traiga a una jovencita para abusar de ella. “La princesa caballero” es un guiño claro hacia Tezuka, donde la única similitud con la obra del otro mangaka es el nombre. Hay historias de hermanos y amantes que tienen un concepto de la vida “algo extraño”, un niño que es abandonado en una fosa séptica y sobrevive convirtiéndose en amante de la porquería y la suciedad. Como se puede ver los temas tratados son de temática muy amplia y dispar, pero con un denominador común: la mente de Suehiro.

Edición

Glénat, que nos trajo a Suehiro Maruo el pasado salón del comic de Barcelona, ha rescatado otro compendio de obras del autor en un formato de lujo (recordemos que también han publicado “Midori, la niña de las camelias”, “La sonrisa del vampiro” y “Lunatic Lover’s”). Con sentido de lectura japonés y sobrecubierta nos llega presentado a nuestro país. Consta de 176 páginas, entre las cuales la dos primeras historias, esto es las 16 primeras páginas, además del clásico blanco y negro vienen complementadas con tonos rojizos (bicolor). El resto es en blanco y negro y se ha usado un papel realmente bueno para esta edición. La portada, a todo color, muestra el tipo de dibujo inspirado a principios de siglo del autor.
En general la edición es muy buena, pero se echa de menos alguna biografía o datos curiosos sobre el autor. En sus últimas páginas viene un pequeño resumen de en qué revistas fueron publicadas originalmente las trece historias.

Conclusión

Describir de qué trata este compendio de historias para adultos en unas pocas palabras, intentando ser imparcial puede ser una compleja tarea, sobre todo porque es un producto para un público muy determinado. Si decidimos tomárnoslo como una lectura creativa, donde hay que tocar todos los temas para aprender cómo es el mundo, y que no todo es tan precioso como “Heidi”, es probable que lleguemos a comprender, erráticamente, a Maruo.
La palabra que más podría describir el tipo de historias cortas que nos relata creo que es “pesadilla”. Un estilo algo plano y grotesco, en blanco y negro (y a veces rojo) que describe las peores pesadillas que un humano podría tener. Nos muestra sin tapujos situaciones que a la mayoría de nosotros, y eso que yo no soy fácilmente perturbable, nos resultarían asquerosas. Así es como Maruo es capaz de dibujar relaciones incestuosas, lenguas acariciando pupilas de ojos, sangre por doquier y protagonistas tan locos como para llevarlas a cabo.
He reflexionado mucho sobre qué clase de persona puede utilizar como un fin, y no como un medio, este tipo de actividades y, he llegado a la conclusión, de que el mercado del manga es muy extenso y cosas como lo llamado “hardcore” en materia sexual están a la orden del día. No creo que haya que pensar en la mente perturbada el autor al leer las historietas del “El monstruo de color de rosa”, simplemente hay que dejarse llevar por otro tipo de manga: el Seinen.

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