Comercio del Anime: Capital sobre Calidad
Artículo de opinión destinado a hacer ver a las personas lo que el Anime comercial le hace al buen Anime clásico.
“La decadencia se dio por sí sola, si hablar de decadencia es hablar del anime de ahora y de estos tiempos, entonces estoy de acuerdo, pero no me rendiré tan fácil a la mediocridad. ” Shoji Kawamori.
El comercio, una gran parte de la sociedad actual, se ha ido adueñando de la mayoría de las “instituciones” bajo cuya influencia vivimos, empezando meramente con todo lo relativo a la televisión, pasando a la música, los artistas, cine y otros campos. En muchos sentidos la comercialización de todo lo antes mencionado implica una monotonía de los temas que en ellos mismos se trata, mostrandonos la “misma cosa, pero con nombre diferente”.
Algo que cabe mencionar, comercio no implica necesariamente mala calidad, ni popularidad implica necesariamente buena calidad.
Ahora aplicamos este tema a lo relacionado con Anime, refiriéndonos más específicamente a los que son considerados comúnmente “Animes netamente comerciales” cuya principal labor no es brindar una buena trama o un buen guión, sino simplemente incrementar las ventas de algún producto dado.
Hablando más exactamente aún, me refiero a esos Animes muy criticados, como lo son Pokémon, Beyblade, Digimon, Yu-Gi-Oh, etc. Se dice que estos en especial están destinados a un “público infantil”, pero hay que considerar que los niños son los principales productores de rating y ganancias de las televisiones, promotores del merchandising y principales consumidores del mismo.
Hoy por hoy parecería muy arriesgado para una compañía sacar al mercado algo que no genere ganancias. Es vital que el producto sea de dominio popular y del agrado de las personas, entonces estos productos se dirigen a quienes poseen gustos mas viables: los niños.
Pero ¿Qué saben los niños? ¿Cuál es el criterio de un niño?
Los niños tienen gusto por muchas cosas, entre las que destacan los dibujos animados, considerando al Anime también como parte de ellos.
Los niños buscan un final feliz, algo sencillo, algo que no requiera de mucho razonamiento y que sea divertido, algo simple, mundano y colorido.
Entonces si quiero sacar un Anime dirigido a ellos ¿Qué tengo que poner? un juego, un juego de cartas… un juego que incluya monstruos, monstruos alegres, mountruos divertidos, y de paso ¿Por qué no convertir un videojuego exitoso en Anime? de esta forma ¡todos ganan!.
Es el mismo personaje haciendo la misma cosa, venciendo al mal, ya sea usando sus cartas o sus bichos raros, es lo mismo, misma persona con diferente nombre.
Los niños tienen su “caricatura” y los empresarios su dinero, final feliz…
Otro factor de esto son los padres y las masas que no conocen el Anime, esos que lo califican como “violento” y una “mala influencia”, por lo tanto para ellos, hay que eliminar la violencia, hay que eliminar los temas maduros y hay que dejar sólo los colores, la diversión y los juegos.
Recuerdo que hace algunos años vi un artículo en el periódico de un hombre que criticaba Ranma 1/2, diciendo que después de ver un sólo capítulo de esta serie la calificó como “morbosa” y “ridícula”, alegando que el ver como un hombre se transformaba en mujer era algo como una especie de “hermafrodita homosexual” y algo que el público no debería ver.
Yo siempre quise saber cómo un hombre que sólo vio un capítulo puede criticar una serie que incluye mucho más que un hombre volviéndose mujer.
Pero cambiado de tema ¿Qué pasa con el resto de fans del Anime? Con esos a los que les gusta un trama dinámica, una trama que implique razonar, o al menos un trama ilógica, fantasiosa pero que tenga sentido y que sus valores sean los que existen en la sociedad actual y no los que deberían existir.
Pues ellos lo sufren, porque ven cómo el dinero ocupa el mercado y ahora no les queda mas que encender la TV para ver cómo un niño se vuelve campeón mundial en un torneo de peonzas que albergan “grandes poderes”.
Claro, no se le puede echar la culpa a nadie, porque desde el punto de vista del capitalismo todo está como debería estar, el pueblo ve el programa, los activistas ganan dinero y a los que no les guste, es su problema.
Existen los Animes viejos para ellos, los clásicos como Dragon Quest, Saint Seiya, Dragon Ball entre otros, series sencillas con una trama muy simple y fácil de entender, pero que a pesar de una temática posiblemente absurda mostraban al ser humano como un ente “atrapado en su condición humana y sus pasiones” ,series que no surgieron durante una época de grandes avances, como la era digital que vivimos ahora, pero que a pesar de eso hicieron un gran escándalo desde múltiples ángulos.
Son esas series que están calificadas como “mala influencia”.
Luego vienen las series que surgieron después, como Evangelion, Naruto, Fushigi Yuugi, o Slayers, entre otros.
Series que SI fueron exitosas, pero que no produjeron tantos ingresos como las meramente comerciales, lo cual provocó que al ver esta diferencia en ganancias, los directivos cambiaran de parecer y generaran series comerciales, que logren dinero, mucho dinero, mientras que los artistas clásicos son dejados a un lado.
Es una pelea Dinero vs Calidad, como menciono al principio. Comercialización no significa mala calidad a la fuerza, si bien en el Anime es la principal queja de sus fans.
Pero es una lucha perdida, no hay forma de ganarle a las empresas, todo lo que buscan es algo sencillo: dinero, eso que todos buscamos de alguna u otra forma.
No podemos reclamarles, en cierta forma todo lo que hacen… es su trabajo.