Monokuro Kinderbook
El Nouvelle Manga recibe una nueva obra distribuida, una vez más, por Ponent Mon.
A estas alturas, decir que la consolidación del cómic para adultos (sin significar necesariamente sexo y violencia) es un hecho, sobrará para todo el que lea este artículo. Afortunadamente, el Seinen es una elección más desde hace tiempo en las estanterías de toda librería especializada. Lo que no nos planteamos es: ¿puede esa situación evolucionar? Se podría decir que con el Nouvelle Manga sí, aunque se trate más de una vertiente alternativa que una evolución en sí. El Nouvelle Manga toma prestado su nombre del cine francés Nouvelle Vague, centrado en lo cotidiano de la vida de sus personajes. Según Frédéric Boilet (padre de esta rama del medio impreso), es curioso como el manga se parece mucho más al cine francés que a su cómic, siendo ambos países habituales exportadores de la industria (salvando las evidentes distancias). Boilet se queja en su Nouvelle Manga Manifesto de que los artistas franceses no intentan ser más que ilustradores, mientras en Japón la importancia recae en narrar historias. Esa naturalidad nipona para deshacerse de clichés narrativos es, según Boilet, la que ha abierto su mercado a todo el pueblo japonés (ya sean amas de casa o jugadores de golf profesionales), en vez de convertirlo en un arte marginal de heroínas en mallas (también critica el comic book estadounidense). Por ello decidió tomar prestado el término nouvelle para, añadiendo el estilo manga, crear un producto que atrajese a los franceses por su lado japonés y viceversa. Aún da un paso más, argumentando las diferencias entre “el manga” (“Sailor Moon” por ejemplo) y “la manga” (cómic de autor), toda una declaración de principios, aunque eso ya sería otro tema. Este sello nos ha brindado historias intimistas de la talla de “La Espinaca de Yukiko” (ya en España), y ahora “Monokuro Kinderbook” continúa la racha de trabajos cuya espectacularidad radica en mantenernos pegados al cómic sin necesidad de explosiones ni violencia gratuita, imaginando vivos sus personajes.
La Autora
La joven Kan Takahama es en quien han confiado los chicos de Ponent Mon para continuar las publicaciones “Nouvelle”. Quizá para compensar tanta pérdida en 1977 (año en que murieron Elvis, Machín, Chaplin o María Callas entre otros destacados artistas), y mientras Carlos Giménez comenzaba a publicar “Paracuellos”, nació esta japonesa en Amakusa, al sur del archipiélago nipón. Tras realizar estudios universitarios sobre arte contemporáneo, debutó en el manga participando a finales del año 2000 en un concurso organizado por la famosa revista alternativa Garo. Su historia, titulada “Mujeres que quedan”, obtuvo el primer premio y se publicó en la revista en enero de 2001. En 2001 y 2002, sus obras aparecieron regularmente en Garo, recopilándose en un álbum, “Yellowbacks”, publicado por Seirindô en febrero del 2002. En abril del mismo año tuvo un encuentro con Frédéric Boilet y se incorporó al movimiento artístico “Nouvelle Manga”. Con él realizó “Mariko Parade”, publicado en Japón en enero de 2003 y luego en Francia en septiembre; también está prevista su publicación en otras cuatro lenguas occidentales para finales de año, y algo más tarde, en nuestro país. Después de una estancia en Francia con motivo del festival de Angoulême en enero del 2003, Kan Takahama publicó su primera historia en el país galo en el n°2 de la revista Bang!, en abril del presente año. Fue “Besos desde Angoulême”, un reportaje-ficción lúdico y divertido sobre su estancia durante el festival.
Excéntrica como todo buen artista, consiguió que su segundo libro, “Yellowbacks”, fuera el primer cómic en entrar dentro de la distribución de librería no especializada en Japón (su isla-hogar, como lo llama ella), convirtiéndose en el exponente de una nueva generación de dibujantes que utiliza el ordenador en el acabado de sus cómics. Porque Takahama es, ante todo, una artista completa; consciente de que su público trasciende el “otakismo” según lo conocemos, prepara exposiciones para galerías de arte, planea su desembarco en el mundo de la moda y amenaza con hacerse un hueco en el terreno audiovisual con su primer corto.
Volviendo a “Monokuro Kinderbook”, Kan declaró que le tiene especial cariño por tratarse de historias muy cercanas a sí misma. De hecho, “cuando dibujé “Allí, dos soles hermosos”, puse todo lo que tenía dentro, me vacié completamente”. Es la única manera de explicar esos trazos en ocasiones nerviosos que imprimen tanto carácter a su trabajo. Hay que puntualizar que la japonesa se unió al movimiento nouvelle a pesar de sus diferencias con su creador; “Hay algo con lo que no estoy de acuerdo en el planteamiento de Boilet: para mí lo importante no es qué es lo nuevo, lo último, sino quién soy yo y hacia dónde voy. Cuando empecé a dibujar su guión, lo que terminó siendo “Mariko Parade”, tuve muchos problemas con Frédéric. El trabajo fue muy duro, yo apenas dormía y no había visto ni un yen. Pero ahora somos grandes amigos y hablamos de todo, desde el sexo más tórrido a cómo comprar una tumba en el cementerio”. La buena relación entre ambos procuró a Takahama un billete para Angoulême (un lugar importante para el cómic europeo gracias a su prestigioso Salón), lo que ha inspirados nuevos trabajos; “Estoy trabajando en dos series de contenido erótico que tal vez se conviertan en libro. Y además preparo varias novelas gráficas: “Awabi”, un libro sobre una enfermera muy puta y el viejo demente al que cuida, y “2 espresso”, la historia de un matrimonio de cuarentones y sus respectivos amantes adolescentes…”. Pero esta chica también tiene su lado friki, con una lista interminable de referencias. “Dancer In The Dark” y “Rompiendo las olas” de Lars von Trier, “Dead Man” de Jim Jarmusch, “Shizuka na seikatsu” de Juzo Itami… son algunos ejemplos de sus gustos en cine. Al no ser una lectora habitual de cómics, declara sentirse atraída por la literatura de Kenzaburo Oe y el humor negro de Milan Kundera. Musicalmente hablando, la artista hace gala de su personalidad apuntando como motivos de inspiración a Björk, Madredeus, Howie B o Donald Byrd. Pero ante todo es fan de Tujiko Noriko. “Su música me recuerda a mi infancia, cuando leía “Momo”. Nos hemos escrito mails y ella tiene mis cómics, y si alguna vez alguna de mis historias va al cine ¡ella será la protagonista!”. Lo dicho, todo un personaje… tan extraña pero tan real que es digna de aparecer en sus propias historias.
El Manga
Si hay algo que reina a lo largo del cómic es la paradoja de los contrastes; Dibujo básico con Photoshop, apariencia y realidad, sutileza y contundencia, ternura y desgarro, temas inmortales con algunos de relativa actualidad (como la política de Bush y el 11-S)… Quizá eso lo acerca todavía más a la realidad, lo que es al fin y al cabo su objetivo. Pero no creo que se trate tanto de una realidad de situaciones (que también), como de personajes. Ellos llevan la carga absoluta de las historias, ellos son los que sufren, y por tanto los que deciden qué hacer; con ellos te identificas, odias, amas… de ahí el secreto de que, a lo largo de las diez historias, sientas la necesidad de saber qué les pasa a sus protagonistas como si estuvieras allí.
En la parte gráfica tenemos una de las mayores sorpresas del cómic. Para empezar, ni siquiera está entintado, conservando la expresividad y la fuerza de los bocetos, como si el cómic hubiera sido dibujado del tirón en una especie de ejercicio de “dibujo automático”. Sin embargo, cada trazo está estratégicamente colocado para, como es norma habitual en el manga, expresar el máximo posible con el menor número de líneas. Un ejemplo claro de esta “improvisación buscada” es el uso puntual del retoque fotográfico (seguramente filtros de desenfoque de Photoshop), provocando un nuevo contraste que se integra para aumentar la sensación cinematográfica que reina en la obra. Porque a veces parece que estamos leyendo un storyboard, por el tratamiento de los planos, efectos, y sobretodo los diálogos. Es seguramente el único error que le veo al cómic (el resto está sujeto a gustos), pues la distribución de los bocadillos es excesiva y confusa. Esto es por culpa de diálogos “menores” que ocurren simultáneos a la acción principal, como conversaciones paralelas de fondo (como pasa en toda reunión de amigos, con la tele puesta, etc.). Volviendo al dibujo, que su aspecto no os lleve a engaño; está lo suficientemente detallado como para considerarlo realista, mérito añadido si tenemos en cuenta que salen personas de todas las edades y colores, en escenarios que van desde una playa, al interior de un apartamento. El acertado uso de los continuos primeros planos añade expresividad y tensión al conjunto. Lo citado hasta ahora es una máxima que se repite a lo largo de todos los trabajos, al igual que la mayoría aplastante de protagonistas femeninas, quizá por su mayor posibilidad expresiva y por tener menos prejuicios a la hora de mostrarse vulnerables. Porque se revisitan toda clase de sentimientos, y no sólo el amor. Takahama ofrece una perspectiva sensible pero directa al respecto, firmando unos diálogos cuya inteligente contundencia sólo puede venir de la más cruda realidad. Esto obliga a la autora a desprenderse de las habituales alegorías y rodeos de su idioma natal para, quizá, “occidentalizar” su obra, lo que será sin duda una de las claves de su éxito. Las situaciones tampoco son pocas, pactos de suicidio, filmación clandestina de películas porno, inmigración, amores ocultos… ¡incluso trata sobre sirenas!. Y todo sin perder el humor que salpica, como en toda vida vista desde fuera, cada situación (por muy trágica que pueda parecer). Hay que tener en cuenta además que la autora consigue encerrar cada pedacito de alma en apenas un puñado de páginas pues, exceptuando un par de casos, éstas no darían ni para un “one-shot” (ni siquiera en formato comic book).
La Edición
Ponent Mon S.L. es una editorial independiente, nacida el 3 de febrero del 2003 en Castalla (Alicante); cuyo objetivo es presentar las nuevas tendencias gráficas e historietísticas del mercado nacional e internacional. Sus otros objetivos son prestar una especial atención al Nouvelle Manga, y dar a conocer a los más prestigiosos autores independientes tanto nacionales como internacionales en las lenguas español, inglés, francés, italiano y alemán. Me gustaría aclarar que se trata de una editorial hermana (o hija, según se mire) de Edicions de Ponent S.L. editorial independiente que nació en 1995 con el nombre de Ediciones Joputa C.B. En mayo de 1998 pasó a ser una Sociedad Limitada con el nombre actual. Como dice Jesús Cuadrado en su libro “Diccionario de uso de la historieta española” (1873-1996), es una pequeña empresa que en un gesto insólito nació en plena crisis industrial del sector impulsando la Col.lecció Mercat, donde acogió a la generación de autores renovadores de los ochenta con obras de máximo radicalismo. Antonio Trashorras en el Catálogo de la Exposición de la Biblioteca Nacional “Tebeos: los primeros 100 años” en el apartado dedicado a la “Historieta española en los 90” en el epígrafe de “Francotiradores e independientes”, resalta la encomiable labor realizada por la editorial gracias a la hermosa Col.lecció Mercat de suntuosos libros-álbumes, donde los autores que han tenido cabida en ella han puesto el listón altísimo. Ha recibido varios premios a la labor editorial, en el 2000, 2001 y 2003 (este último el “Millor Contribució Cultura del Cómic” en los XII Premios Turia 2003). Hablando de la edición en sí misma, nos encontramos ante una cuidada encuadernación con lomo más propia quizá de un libro que del mundo del cómic. Respeta el sentido de lectura oriental a lo largo de sus 207 páginas satinadas en blanco y negro (de esas en las que dejas huella). Hay a quien le echará para atrás el desembolso de los 15 euros que cuesta, pero pienso que vale eso y más. ¿La razón? Que es un cómic que crece en cada nueva lectura, a la vez que el propio lector. La labor de traducción de Keiko Suzuki y M. Barrera adapta más que correctamente tanto la extraña cotidianeidad de cada diálogo, como los comentarios de la autora entre historias. Nada que objetar.
Conclusión
Poco queda que añadir al artículo. Este no es un caso en el que pueda recomendar el cómic a un público concreto, puesto que iría en contra de su propia filosofía. Es indudable que el cómic gana con cada lectura, pues cuanto más se haya madurado más se entiende a los personajes, cosa rara en una obra hoy en día (en la mayoría de las publicaciones de nuestro país al menos). Por eso creo que todo el mundo debería echarle, al menos, un vistazo. Particularmente aconsejo la historia número 8 (“¡Enseña el camino para que nuestra generación sobreviva!”), si te deja indiferente es que tienes horchata en las venas. Aunque realmente, a cada uno le llamará la atención una historia distinta (es lo grande de unos guiones que trascienden su formato). Un último apunte para agradecer a la relativamente joven Ponent Mon su empeño en ofrecer una alternativa al cómic más comercial, sin desmerecer a éste, claro está.