Karekano: Novela con aroma latino
Siendo una serie nipona, Kareshi Kanojyo No Jijyo posee una calidad sólo vista en las telenovelas creadas y transmitidas en América Latina.
En materia de televisión, se ha producido una especialización marcada según los gustos de los diversos países y continentes del mundo: Estados Unidos, además del cine, tiene una producción inigualable de series de TV que tratan los más diversos temas centrándose en el público familiar, resaltando las de ciencia ficción entre ellas (Fox TV). Europa destaca por programas de interés y participación general como los realities (el “Gran Hermano” de Holanda) y los programas de chismes sobre los famosos, en especial Inglaterra donde se le pone especial atención a la familia real. Latinoamérica destaca por sus telenovelas, cuya carga emocional y romanticismo, así como un poco de originalidad son reconocidas en todo el mundo (“Juana la Virgen” y “Kasandra” en Venezuela, “Café: con aroma de mujer” y “Yo soy Betty la Fea” en Colombia, “María la del Barrio”, “Corazón Salvaje” y “Esmeralda” en México, y “Xica Da Silva”, y “El Clon” en Brasil) y Japón destaca por la animación, que recoge adeptos en todo el mundo (“Neon Génesis Evangelion”, “Sailor Moon”, “Rurouni Kenshin”, “Pokemón”, “Dragon Ball”).
Lógicamente, se han producido intercambios entre estos países, ya sea para intentar una competencia en otros campos, ya sea para tomar nuevas ideas, pero ello ha pasado con más pena que gloria. Estados Unidos intentó tomar las telenovelas para competir con Latinoamérica sin ningún éxito, a su vez, las series latinoamericanas han logrado pocos éxitos, inclusive en sus propios países ya que manejan más un formato de novela. Igualmente, en México salió un anime sin que se haya vuelto a mencionar sobre ello y los programas de actualidad de USA y Japón son de menor calidad que los hechos en Europa. Pero hay veces que existen excepciones en la regla general: Los realities de USA son el mejor ejemplo, mejorando los hechos en Europa, otros casos dan cuenta de series europeas que triunfan tanto en Estados Unidos como en Europa o el mismo caso de Brasil, entonces separada de la influencia de las novelas hispanoamericanas y que, poco a poco, fue entrando en la onda melodramática.
Dentro de esas excepciones podría clasificar la serie japonesa “Kareshi Kanojyo No Jijyo”, mejor conocida como “Karekano: Las circunstancias de él y ella” en España, “Cosas de Enamorados” en Latinoamérica o “His & Her Circunstances” en los países angloparlantes. Siendo una serie de la variante shojo, “Karekano” me dejó la impresión grata de tener una trama, una historia y unos personajes dignos de competir con los melodramas hechos en Latinoamérica.
Creado por la mangaka Masami Tsuda en Diciembre de 1995 y llevado a las pantallas por el Estudio Gainax en Octubre de 1998 de la mano del director Hideaki Anno (“Neon Génesis Evangelion”) narra la historia de Yukino Miyazawa y Souichirou Arima, dos jóvenes famosos e idolatrados en la Preparatoria. Lugar donde estudian por reunir, entre otras virtudes, dos características especiales: Belleza e Inteligencia, que los hacen no sólo los mas queridos de los profesores de ésta, sino de los mismos alumnos que dan cuenta de la diferencia académica y social que llevan ambos. Sin embargo, en el ramillete de virtudes que tienen, poseen un punto negro: la apariencia (o hipocresía, que en este caso es lo mismo). Ese defecto terminará uniéndolos en una relación amorosa que vivirá para mostrarle al mundo su verdadero ser y para mantener dicha relación frente a los diversos problemas que deberán enfrentar a lo largo de la serie.
He manifestado anteriormente la idea del género que tiene la serie frente a otros aficionados del animanga y fans de la serie, y algunos la han calificado de blasfema, sacrílega y hasta hereje, exponiendo, entre otras razones, que la serie animada es más picante y cómica, y su agilidad le impiden ponerla en el grupo de los melodramas. Sin embargo, las razones por las que clasifico a “Karekano” como novela tienen que ver con las características que posee para ser clasificada como tal. Como colombiano, poseo unos parámetros generales de melodrama que me permite distinguir un programa de TV como tal:
– Carga emocional: De tal fuerza que casi podrían arrancar lágrimas, es importante para que un melodrama no caiga en la superficialidad.
– Romanticismo: Que el programa se centre en el amor, en especial de los personajes protagonistas, sin dejar de lado las relaciones amorosas de los personajes secundarios ni las situaciones problemáticas que se desarrollan.
– Vida cotidiana: Que haga sentir al televidente un realismo que permita decir: “Eso me puede pasar a mi”.
Al seguir estos parámetros, “Karekano” no pierde su parte picante, ni su parte cómica, ni su intensidad, ni su agilidad en la trama que la caracteriza, pero, sobre todo, no pierde la profundidad de los personajes principales y secundarios, algo que hace tan exquisitas las novelas latinoamericanas: porque de esa manera hace que los personajes de una novela se sientan reales. Con todos esos argumentos puedo decir que “Karekano” es una novela digna de ser transmitida al lado de las novelas que pasan a cada rato en los canales de Latinoamérica, porque, siendo una serie nipona, cumple con las exigencias que tiene las telenovelas latinoamericanas sin dejar de lado la calidad propia de una animación japonesa. Sin embargo, no todo lo que puedo decir de esta serie es bueno, tiene dos defectos importantes: pérdida de identidad y fallos de organización.
La pérdida de identidad la refiero con la dependencia que, por acción u omisión, el estudio Gainax, el J.C. Staff (el “animador” de la serie) y/o el director Hideaki Anno le dio a la serie con respecto a “Evangelion”. Y es que, si bien no caen mal los gags de “NGE” dentro de “Karekano”, se ve una exageración, no sólo en los gags, sino en ciertas situaciones en las que evoca a la ya famosa serie. De esta forma, lo único que hace es quitarle identidad e independencia a una serie que precisamente necesita ser recordada por lo que desarrollo y no por tener afinidades con la serie que es, para mi, una de las “4 grandes del Anime”.
Los de organización tratan sobre los cabos sueltos, historias inconclusas y/o personajes parcialmente desarrollados, que es consecuencia de la continuación de la serie por medio del manga al finalizar la serie animada. Para todos los seguidores de esta serie, siempre queda la sensación de que es imposible imaginar “Karekano” sin una continuación animada, precisamente por este fallo. Por lo pronto, me queda decir que “Kareshi Kanojyo No Jijyo” es, para mi, una novela, en todo sentido de la palabra, que atraería, si fuera posible, a todas las amas de casa y a algunas mujeres que tengan esa fibra sentimental (así como a algunos hombres, yo incluido) de los hogares de Latinoamérica.
Sólo muy pocas veces existen programas de TV perfectos y la posibilidad se reduce cuando existen diferencias de criterios. “Karekano”, en mi opinión, es una serie muy buena pero ello no la exime de inocultables errores que impidieron una evolución normal en su historia.
Como ya había mencionado, un gran error de Gainax hacia el programa fue meterle gags y situaciones recordatorias de “Neon Genesis Evangelion” en la serie, ya que le quitó identidad a esta. El otro error trataba en todas las situaciones inconclusas que dejaron los 26 episodios, y que llevan, irreparablemente, a pensar en una continuación.
La historia, que llevo claridad hasta el episodio N° 12, comenzó a crear muchas situaciones que, al final, sólo dejaron una incógnita general que le quitó, a la mitad de la serie, su encanto. El primer ejemplo de ello fue la relación de hermandad entre Tsubasa Shibahime y Kasuma Ikeda a partir del episodio 13 y que nos dejó la primera incógnita no resuelta: Ya que el padre de Tsubasa lo había planteado, ¿Cómo seguiría esa relación?, ¿Desembocaría en amor?. De ahí en adelante continuamos con un nuevo problema psicológico de Souichirou Arima y el manejo que pudiera darle Yukino Miyazawa al problema, un festival cultural junto con la preparación de una obra de teatro hecha por Yukino y sus amigas (Hideaki Asaba incluido), la llegada de un personaje al final de serie (algo totalmente inusual) como Takefuni Tonami y su relación inconclusa con Sakura Tsubaki, así como la enemistad no declarada pero perceptible de Souichirou hacia él, y, como broche de oro, un “continuará” en el episodio 26 que nos dejó aún más locos cuando en los créditos vimos la palabra “fin”.
Obviamente, al ver varias veces la serie, se puede intentar responder esas incógnitas planteadas, pero ello es una pérdida de tiempo si la serie sigue siendo aun continuada por la autora en versión Manga. Ese hecho nos da una razón mas para justificar una continuación animada; sin embargo, Gainax dice que no hay continuación y que la serie queda tal como está. Aunque ese es el comunicado oficial, muchos fans (Yo incluido) guardamos la esperanza de que cambien de opinión y continúen la serie de acuerdo al cómic. No entrare en detalles sobre el desarrollo de la historia en el manga, ya que para ello existen páginas web especializadas en el tema, lo que si puedo decirles es que hay razones por las que el estudio no continuó la serie
Lógicamente, hacer una continuación de una serie cuando su versión impresa no ha sido terminada acarrearía costos innecesarios; eso, en una empresa al borde de la quiebra, es un lujo que no se pueden dar el gusto de permitir. Es mas rentable dejar que Masami Tsuda siga desarrollando esa historia de amor entre Yukino & Souichirou en unas hojas de papel mientras que Gainax se encarga de fortalecerse económicamente, no importa los métodos ruines que ponga a su disposición (porque, al menos a mi, no me hace mucha gracia convertir un anime tan bueno como “Evangelion” en un mero producto comercial hollywoodense). Cuando por fin a la señora Tsuda se le ocurra terminar el manga de forma definitiva, es muy probable que Gainax acceda a una continuación e, incluso, a una remasterización (Como lo sucedido con “Captain Tsubasa”) en la que acomoden los 26 episodios (que, según mi hipótesis, solo fueron un Test Type -Al mejor estilo Eva- para medir el apego a la gente en la historia –que no fue poca-) en unos pocos capítulos y continúen la serie con las nuevas historias escritas por la mangaka arriba descrita.
¿En cuánto tiempo sucedería ello? no se sabe: Karekano, en el manga, ronda por el Acto 70; quizá tome varios años el terminar la historia y volverla serie animada. Lo único que podemos hacer los fans, en este caso, es tener paciencia y mirar hacia las nuevas series que han sacado o disfrutar con las que tenemos (que son muchas). Para finalizar, las situaciones incógnitas que tuvo la serie dejaría un halo de injusticia si no son resueltas, pero de Gainax, de Kodansha, y de la señora Masami Tsuda queda la decisión de que “Karekano” pueda ser totalmente disfrutada por la gran comunidad otaku en el mundo.