Gantz : Después de la muerte

Ha salido a la venta el décimo tomo del que posiblemente sea uno de los mejores mangas del momento: Gantz. Esta fabulosa obra aporta una inquietante teoría sobre una segunda oportunidad después de la muerte.

Imagina que por un giro del destino te encuentras tratando de salvar la vida a un desconocido y que en ese desesperado intento un tren te arrolla. Imagina que tras haber visto tu propia muerte en cámara lenta abres los ojos y te encuentras en una habitación, junto a un montón de desconocidos que acaban de fallecer y saben tan poco como tú. Esa es la premisa con la que arranca “Gantz” en su primer tomo. Después de diez números publicados en España el autor de esta fabulosa obra, Oku Hiroya, ha conseguido mantener al máximo la expectación y superarse conforme avanza la trama.

“Gantz” es la historia de un puñado de gente que recibe una segunda oportunidad tras la muerte. Un ser desconocido y extraño que habita en una esfera brillante y que se hace llamar Gantz ofrece a los recién fallecidos recuperar su vida si consiguen sumar 100 puntos en un arriesgado y cruel “juego” (a pesar de que Gantz lo toma con humor e ironía) en el que, armados con poderosas armas, deberán cazar a unos alienígenas que aunque en principio parezcan simpáticos, terminan convirtiéndose en auténticos monstruos.

El protagonista del manga se llama Kei Kurono, es un adolescente japonés que va al instituto y trataba de llevar una vida corriente y mediocre, hasta que murió y pasó a formar parte de los jugadores de Gantz. Con el transcurso se convierte en el luchador más hábil y también en el más afortunado. Con el traje que le ha proporcionado Gantz (que le otorga una fuerza sobrenatural necesaria para enfrentarse a los extraterrestres) se ha envalentonado también en la vida real, ya que asiste al instituto después de cada enfrentamiento. Kei es el protagonista y también el personaje más interesante de la obra. No es el típico héroe. Es un personaje extremadamente realista, un chico egoísta, que sólo piensa en sí mismo, aunque de cuando en cuando da muestras de preocuparse por algún otro ser humano.
Ha estado enamorado de Kei (una chica con su mismo nombre), quien ya no aparece en la serie, y ha hecho cosas tan auténticas como masturbarse pensando en ella, al mismo tiempo que lloraba abrazado a su almohada porque ella estaba enamorada de otro. Es sólo una de las escenas que muestra lo humano y cercano de este personaje. Un elemento que hace sencillo que el lector pueda identificarse o comprender a Kurono.

Son muchos otros los personajes interesantes que han aparecido a lo largo de estos 10 tomos, lo que dota de una considerable fuerza y dramatismo al cómic. Pero además de grandes personajes, “Gantz” tiene todos los elementos necesarios para atraer a las masas. Es un manga capaz de entretener, divertir, emocionar y también excitar, porque el autor, Oku Hiroya, combina de forma prodigiosa la violencia, los dramas de adolescentes, el sexo y también el sentido del humor. Esos rasgos que han conseguido hacer tan popular al manga en general.
Como novedades, este décimo tomo incorpora una trama con poderes sobrenaturales. De nuevo se utiliza la marginación de un joven, acosado por los matones del instituto, para descargar la furia contra aquellos que se dedican a hacer la vida imposible a los más débiles. Si algo puede aprender el lector en “Gantz” es que, al menos según la visión de Hiroya, poco tienen que ver los abusones de los institutos japoneses con los de las películas americanas y los institutos españoles. En “Gantz” se trata de unos matones apadrinados por los Yakuza y otras mafias y bandas de moteros que no se andan con tonterías. No gastan bromas típicas de niños, sino que propinan grandes palizas e incluso matan para conseguir dinero de otros alumnos o acuden a los homosexuales más fuertes para que violen a los otros chicos como tortura, vejación y diversión. Así se comprende que algunos de esos chavales que sufren en silencio piensen en el suicidio.

En cuanto a la parte visual de “Gantz”, resulta algo bastante innovador en el mundo del cómic y con unos resultados brillantes. Con Oku Hiroya se asume definitivamente que el ordenador ha llegado al mundo del cómic para quedarse. Quizás eso es algo que no guste a los puristas, por lo que resta de artístico, pero las ventajas son demasiadas. Para crear “Gantz”, Hiroya ha buscado a un equipo de informáticos que le diseña todo los fondos en tres dimensiones. Él dibuja a los personajes y diseña las situaciones, y su equipo crea un entorno en el que se desarrollan los acontecimientos. Con ello se imprime un gran realismo y calidad en los detalles. No es necesario recurrir a efectos explotados en otros mangas como usar gigantescos bocadillos, primeros planos constantes de los protagonistas y fotocopias de las viñetas, o vistas muy parecidas de manera reiterativa. En esos tebeos se recurre a este tipo de recursos por dos motivos, carencias del dibujante y falta de tiempo (los plazos necesarios para hacer rentable la serie suelen ahogar a sus creadores).

Otro de los puntos que hay que agradecer a la publicación de “Gantz” es que en los tomos que publica Glénat, al finalizar los capítulos, se rellenan las últimas páginas con comentarios del autor y detalles sobre la serie que pueden pasar inadvertidos, e incluso algunas entrevistas.

En el tomo diez Oku Hiroya se hace una autoentrevista, y además tenemos la ocasión de ver por primera vez su rostro en varias fotografías. En una de ellas posa con un revolver en un plano de los que a él le gustan dibujar.
Como mayor virtud, entre las muchas que tiene “Gantz”, quizás haya que resaltar una vez más el realismo. Un realismo que llega a todas las facetas, desde las relaciones entre los jóvenes de instituto, que comentan las grandes tetas que tienen las modelos de las revistas, o cómo navegan por la red, hasta las escenas más cercanas a la ciencia ficción. A pesar de ser ficción y fantasía, las batallas buscan ser creíbles, las muertes a menudo se dan de formas absurdas, como en la vida misma.

El sexo: Oku Hiroya no ha dudado en confesar su atracción por las mujeres con grandes pechos, algo que resulta evidente viendo “Gantz”, en donde mujeres con un busto increíble se exhiben en varias ocasiones. Pero nunca aparece de manera gratuita, es decir, el sexo está justificado y también es entendible. Donde sí aparecen muestras de sexo gratuitas y con las que Hiroya se desquita de su libido, es en las portadillas, donde a menudo dibuja chicas atractivas enfundadas en el traje de Gantz, con armas, o vestidas de colegialas. A pesar de esto, el autor ha confesado que si bien le encantan las mujeres con gran pecho, nunca ha estado con ninguna. Quizás por ello haya incluido el hecho de que Kurono, el protagonista, se enamore primero de la exuberante Kei, que no le corresponde, y luego acabe siendo novio de una chica sin pecho. Otro detalle es que, exceptuando el último tomo, Hiroya no se ha cortado a la hora de mostrar desnudos ni escenas de sexo. Si bien no son tan constantes como para ser un cómic erótico, sí que han aparecido imágenes de pechos descubiertos, vello púbico, penes, e incluso felaciones. En cambio, en el tomo 10 hay una escena de cama con la novia de Kei y no aparece tan siquiera un pecho. Puede que tenga algo que ver con una reciente polémica que ha surgido en Japón referida al sexo en los mangas, las autoridades proponen que sólo se venda sexo en los sex shops y eso restaría gran parte de audiencia. Pero si ese es el problema y Hiroya rehusa desvestir a sus protagonistas, es algo que descubriremos en los próximos números, porque afortunadamente, la serie todavía sigue abierta y, mientras las ventas acompañen, seguirá llegando a España.

En definitiva, el décimo tomo sigue mostrando la misma emoción de la serie, y además aporta nuevos desafíos y pistas a los seguidores de Gantz sobre lo que vendrá a continuación. Porque una de las características de Gantz es que Hiroya ha ido desvelando muy poco a poco la historia y los datos sobre lo que está pasando, por lo que queda todavía mucho que desvelar.
Además el éxito del manga ha propiciado que se haya filmado una película de animación, que pronto se estrenará (aunque difícilmente llegará a los cines españoles).

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