El Lobo Solitario y su Cachorro
Ya en nuestras calles, y gracias a Planeta DeAgostini, la edición española del clásico manga Lone Wolf and Cub.
Pese a que España es un país que siempre ha demostrado una gran devoción y afición al mundo del cómic, todavía son muchas las asignaturas pendientes que tenemos. Afortunadamente, una de ellas, ha sido este mes solucionada por Planeta DeAgostini, que con motivo del IX Salón del Manga de Barcelona, ha comenzado a publicar “Lone Wolf and Cub”, aquí titulada “El Lobo Solitario y su Cachorro”, uno de aquellos mangas indispensables para cualquier amante del cómic que se precie.
“El Lobo Solitario y su Cachorro” es uno de los mangas más prestigiosos tanto dentro como fuera de Japón, capaz de codearse con las más prestigiosas obras de la historia del cómic. Desde los más de treinta años del inicio de su publicación, ha inspirado a decenas de artistas a realizar sus obras, tales como Max Allan Collins cuando escribió “Camino a la Perdición” (del cual se realizó una película con Tom Hanks) o a Frank Miller, que dijo sobre la serie: “Te transporta a otro tiempo y a un país extraño, terrorífico, devastado y gris. Koike y Kojima narran e ilustran con maestría el retrato de un hombre, un niño y un país en su camino al infierno.”
Su historia, de clara inspiración en las clásicas películas de Kurosawa, nos sitúa en el Japón medieval, hogar de samuráis, shogunes, infinitas guerras entre señores territoriales y el gran respeto al honor y al camino del guerrero. Su protagonista es un ronin, un samurai sin señor, que recorre el país junto a su pequeño hijo de tres años, ofreciéndose como sicario dispuesto a aceptar aquellos trabajos que nadie más puede realizar. Pero habrá condiciones especiales, puesto que obtendrá cuantiosas sumas de dinero, y conocerá todos los detalles, incluso los más personales, que llevan a aquellos a contratarle. Algunos podrían llegar a pensar que semejante vida no puede realizarse con un hijo pequeño a su cuidado, pero totalmente al contrario, como fiel cachorro de lobo, Daigoro, ayuda en las cuidadas estratagemas de su padre, y no teme en absoluto al sangriento mundo que le rodea. Su papel es mucho más importante que el de un simple vástago.
El Equipo
Los responsables de llevar a cabo en su día esta estupenda creación, son unas figuras muy importantes dentro del mundo del cómic japonés, seguramente no de la talla del maestro Osamu Tezuka, pero igualmente destacables. Toda la serie de guiones fueron obra de Kazuo Koike, uno de aquellos típicos ejemplos de creadores que no se conforman con demostrar su creatividad tan sólo en un campo. Koike además de guionizar cómics, estuvo metido en el mundo del cine, de la prensa e incluso de la enseñanza, siendo el responsable del Gekiga Sonjuku, un curso universitario para guionistas y dibujantes de cómics, el cual siguió Rumiko Takahashi en su día. “El Lobo Solitario y su Cachorro” no fue la única obra de gran reconocimiento mundial que llevó a cabo Koike, puesto que también creó “Crying Freeman” (junto al popular Ryoichi Ikegami). Su dibujante, Goseki Kojima, que nació curiosamente el mismo día que el Maestro Tezuka, no fue tan prolífico como su colega Koike, pero estuvo muy metido en el tema de publicación de revistas, y además de dibujar durante largos años ésta colección, plasmó sobre el papel diferentes películas de Kurosawa. Desgraciadamente falleció hace tres años, pero su obra todavía perdura.
El camino del Samurai
Mientras que Estados Unidos realizó durante años películas dedicadas al género del western, Japón se estrenó en el mundo del cine con todas sus películas de samuráis (que precisamente, inspiraron la mayoría de films famosos de vaqueros). De entre toda su producción, dos nombres todavía destacan hoy en día: el genial director Akira Kurosawa, que sirvió de ejemplo a toda una generación de cineastas (como el mismísimo George Lucas y su “Star Wars”), y a Toshiro Mifune, eterno protagonista del género. Obviamente no me pondré a hablar de cine, pero para hablar de este cómic es obligatorio mencionar tanto a Kurosawa como Mifune. Ya comentaba antes como este cómic inspiró a gran cantidad de artistas, pero asimismo, “El Lobo Solitario y su Cachorro” es producto de otra gran inspiración, que no es otra que la de estos dos cineastas y de todo el género de cine de samuráis clásico. Algunos de los argumentos de las diferentes historias, recuerdan sospechosamente a varias de estas películas, sin olvidar que las viñetas siguen una clara tendencia cinematográfica, mostrando la crudeza general de la obra, y un ritmo narrativo perfectamente adecuado al cómic. De hecho, el protagonista es la viva imagen de Mifune, inmortalizado así para la eternidad en este cómic: y es que, el propio dibujante, Goseki Kojima, reconocía sin demasiados tapujos su devoción al genio de Kurosawa. El blanco y negro de la colección, no hace más que avivar esta sensación. Ahora que tan de moda se ha puesto el cine oriental clásico, no estaría de más que algún cinéfilo se hiciese y disfrutase de esta obra.
El honor y el camino del samurai está reflejado de la manera más dura posible en éste cómic, alejándose de otras historias donde nos plantean un camino del samurai algo suave y con personajes que en el fondo tienen dudas sobre las sangrientas misiones que llevan a cabo, o que incluso sienten terribles remordimientos por su terrible manera de actuar. El protagonista de “El Lobo Solitario y su Cachorro” lleva el código del Bushido hasta sus últimas consecuencias, llegando a unos extremos de dureza, que es posible que muchos lectores occidentales no consigan llegar a entender por mucho que lo intenten. La frontera entre la vida y la muerte aquí, como en el Japón antiguo, es muy difusa, y de tal forma, pese a no ser un manga histórico, ya que sus situaciones son de ficción, uno puede aprender bastante de cómo era el Japón de esa época: un país bastante más duro de lo que nos acostumbran a plasmar en otras series. De tal manera, a diferencia de lo ocurrido con el resto de samurais suaves, el lector es incapaz de identificarse con Ogami, que como bien dice, recorre junto a su hijo el camino hacia el infierno; pero eso no es en absoluto un impedimento para disfrutar de la obra. “El Lobo Solitario y su Cachorro” es una obra para disfrutar en la tranquilidad que requiere un cómic de calidad, y que permite al lector deleitarse página a página con un excelente ritmo narrativo, el genial dibujo pese al paso de los años, y sobretodo, con la posibilidad de adentrarse en el turbulento y violento Japón feudal.
Edición
Nos encontramos ante una de aquellas obras que conoce cualquier buen aficionado al cómic, pero tan sólo de los comentarios de gente del resto del mundo, que llevan disfrutando de esta serie desde hace ya muchos años, pero al fin, seremos nosotros los que tendremos voz y voto para poder opinar. La edición que nos brinda Planeta DeAgostini es la de formato tomo, con alrededor de once historias en cada uno (la mayoría de ellas autoconclusivas) y con las portadas que realizó Frank Miller con motivo de la edición norteamericana, demostrando una vez más la devoción que siente hacia esta colección. Además, la edición se presenta como la original, libre de cortes y censuras, con lo que podemos estar de enhorabuena, ya que sufrió algunos cortes en su día, especialmente debido a la dureza de sus páginas. El cómic también mantiene el sentido de lectura oriental, de derecha a izquierda, por petición expresa de Koike, a diferencia de la versión americana, que fue occidentalizada en ese sentido. En general, una buena adaptación de esta obra, aunque algunas páginas aparezcan con grises muy oscurecidos, problema que por otra parte, también sufrió la mencionada edición americana.
Es difícil para un amante del buen cómic, así como de las buenas historias nacidas del últimamente tan prolífico género de los samuráis, no apelar a adjetivos como genial, excelente, soberbio o calificar de obra maestra, al referirse a “El Lobo Solitario y su Cachorro”. Durante muchos años, nuestros vecinos del resto del mundo han dado buena constancia de la calidad de este título, aunque desgraciadamente en nuestro país, siempre tuvimos que oír hablar de él por terceras personas, ajenos a su alcance, siempre y cuando no se recurriese a la importación. O por lo menos, hasta ahora. En pocas palabras, una adquisición obligada para cualquier amante del cómic en general. Dejar de lado esta obra por ser de origen “manga”, es una gran equivocación, puesto que es un producto magistral en muchos sentidos, en el cual se han inspirado muchos de los clásicos del cómic americano y europeo.