Blue
En un mundo acostumbrado a la acción, a rellenar todos los huecos, a olvidar lo que no tiene que ver con hacer o con tener, sorprende la aparición de una historia como la de “Blue”. Una historia en la que importa más lo que parece que lo que es, lo que se siente que lo que se hace. Con un trazo sencillo y ligero, Kiriko Nananan, la autora de este manga, nos cuenta la historia de dos estudiantes de instituto, Kayako Kirishima y Masami Endo, y como su amistad pasa enseguida a convertirse en amor profundo, incluso obsesivo. En la misma línea que sus anteriores mangas, a través de un dibujo que apenas es visible, Nananan cuenta una historia tan complicada como los sentimientos mismos, tan difícil y enredada como el amor entre dos adolescentes, casi dos niñas que confunden presente pasado y futuro.
La autora
Detrás del extraño nombre de Kiriko Nananan se oculta una de las caras más originales del tebeo japonés hecho por mujeres. Siguiendo la línea establecida por Murasaki Yamada en los años 70 y que encontró continuidad con Kyôko Okazaki, Nananan nos introduce en el mundo de los sentimientos y la sexualidad femenina a través de un elemento tan complicado y a la vez tan simple como lo es el amor.
Esta autora hizo su debut en el mundo del cómic en 1993, cuando la revista japonesa Garo publica su primera obra, “Hole”, con la que se la clasificó como el prototipo de autora que hace manga típico de chicas (shojo). No obstante, alcanzó enorme fama entre las jóvenes japonesas gracias a esta historia narrada en forma de diario y en tiempo presente, cuyas viñetas y escaso texto recuerdan a la forma de un storyboard.
Tras esta rápida ascensión al éxito, y manteniéndose fiel al estilo de Garo, Kiriko Nananan va a acercarse a otras revistas de mayor influencia y tirada. Así publicará otras obras como “Hearthles Bitch”, en la que describe la conversación de dos amigas sobre sus amoríos con otros jóvenes con una indiferencia que casi roza el cinismo. Más tarde aparecerá “Painful love”, en la misma línea de amor doloroso y difícil: en forma de monólogo narra la amarga historia de una ruptura entre dos personas maduras, y navega a través de los sentimientos de ella hasta hacerla comprender que la palabra culpa es incorrecta.
A partir de 1996 seguirá su andadura con relatos más largos, como “Kabocha to Mayonnaise” (Calabaza y Mayonesa” en nuestro país), o el propio “Blue”, en las que consigue combinar un dibujo claro y contrastado con la profundidad de sus historias que hacen que sus mangas se reconozcan al primer golpe de vista.
El manga
El amor obsesivo y desesperado, los sentimientos confundidos y la inexperiencia de la juventud inundan toda la obra de Kiriko Nananan, y el caso de “Blue” no podía ser diferente. En un resumen superficial, este manga narra la historia de Masami Endô, una joven que fue expulsada del instituto por haberse quedado embarazada. Tras abortar, vuelve a las clases y conoce a Kayako Kirishima, quien se convertirá en su amiga primero y en su amante después. Pero la historia va más allá y entra en la profundidad de los sentimientos de estas adolescentes, en sus confidencias, en su confusión, en el torpe caminar hacia la madurez tomando decisiones a veces inexplicables, a veces dolorosas, casi siempre confusas.
“Blue” no es más que una tierna historia de amor entre dos chicas que roza la cadencia de un poema. Habla de la atracción, del enamoramiento, de la necesidad de tener cerca al ser amado, de los celos y de la inseguridad de los sentimientos. Pero siempre con delicadeza, con elegancia y casi con discreción mediante una narrativa que evita los primeros planos, que se adentra en los silencios y en las sensaciones. Nananan escoge una composición y una puesta en escena que deja al lector casi fuera de la historia, como si mirase a través de una rendija una escena que se encuentra de imprevisto, viendo a las protagonistas pasar, de espaldas o desde perspectivas en las que se le obliga a terminar de imaginar lo que no se le enseña de forma explícita. Y este es precisamente el atractivo de “Blue”: lo que vemos, lo que nos dicen, es tan importante como lo que nosotros mismos intuimos.
Kiriko Nananan hace una historia “azul” compuesta casi por completo de blancos: se puede decir que el espacio entre las viñetas es más importante que la viñeta en sí, y el trazo de las figuras es apenas una fina línea que entra tímidamente en la página. Este dibujo, delicado y muy esquemático, y sin embargo realista, predomina por encima de la letra, que tiene un papel casi secundario.
La edición
Podéis encontrar “Blue” editado por la editorial Ponent Mon, en una edición impecable y de calidad como es su costumbre. En formato de libro, con tapas duras en las que se puede leer una pequeña reseña de la historia, incluye también en las páginas finales una biografía de la autora. La calidad tanto del papel como de la impresión es excelente, lo que justifica el quizás algo elevado precio de este tomo de 232 páginas (14 euros). El único color que aparece es el azul intenso de las tapas pero, por el estilo del dibujo, no vais a echar de menos las ilustraciones coloreadas, como podría ocurrir con otros mangas. La traducción, que corre a cargo de Shizuka Shimoyama y Miguel Ángel Ibáñez Muñoz, es también bastante buena, y los traductores se han preocupado de aclarar con notas a pie de página términos que hacen referencia a comidas o lugares típicos de Japón.
Conclusión
Si quieres leer una historia de amor diferente, que haga hincapié en los sentimientos y que sea capaz de reflejar la confusión de la adolescencia ante algo tan complicado como es descubrir que se ama a otra persona, este es el manga que estás buscando. Si ya has leído otras obras de Kiriko Nananan, “Blue” no te va a decepcionar, pues sigue en la línea de las anteriores. Y si no conocías a esta autora, es seguro que su obra no te va a dejar indiferente. Pero hay que decir que este no es un manga ligero y fácil de leer, no es una historieta graciosa y divertida, sino que es un compendio de sentimientos, emociones y sensibilidades que se van hilando viñeta tras viñeta. Recomiendo este manga sobre todo a las chicas, porque creo que vais a ser capaces de identificaros con las protagonistas, de poneros en su piel y de comprender bien lo que sienten y cómo lo sienten. Una historia tierna y delicada, igual que lo son los primeros amores de la adolescencia.