Appleseed
Ya está en las pantallas japonesas la nueva edición de Appleseed, basada en el manga de Masamune Shirow, y volcada en gráficos en 3D
El relanzamiento de un anime que tuvo éxito y trascendencia en su época es siempre motivo de alegría. Pero si este relanzamiento es el de la obra de un maestro como Masamune Shirow la alegría es mucho mayor. Esto es lo que ocurre estos días en Japón, donde se acaba de estrenar una nueva versión de la película “Appleseed”, aparecida por primera vez en los años 80 y basada en el manga homónimo de Shirow con el que el autor hizo su debut en 1985. La nueva edición de “Appleseed” ha sido editada a base de gráficos en 3D combinados con los rasgos del dibujo manga y con una historia del más puro estilo de este dibujante. Este artículo no pretende hacer un repaso por la vida y obra de Shirow. Sobre él se ha escrito mucho, y es difícil hacer un compendio completo de todo lo que este autor ha supuesto en el mundo del manga. Sólo trata de hacer una primera introducción a quién es Shirow y a qué será la nueva “Appleseed”, tan esperada por todos los que nos sentimos cercanos al mundo del anime y del manga.
El autor
Es difícil hacer una biografía completa de un genio como Shirow sin que se nos escape ninguna de sus obras o sin dejar atrás detalles importantes de su vida o sus creaciones, así que pedimos perdón de antemano por los detalles que se nos puedan escapar. Vamos a intentar hacer un resumen de lo que este autor ha supuesto en el mundo del manga y del anime, siendo conscientes de que muchos puntos quedarán en el aire. Empezaremos diciendo que ni siquiera conocemos su verdadero nombre, puesto que Masamune Shirow es un seudónimo. Si hay algo que este autor valora de manera especial es la privacidad de su vida personal, tanto que vive de manera casi aislada y trabaja solo la mayoría de las veces. A pesar de su fama y de lo mucho que se ha dicho y escrito sobre él, encontrarle en una fotografía es prácticamente imposible. Nació el 23 de noviembre de 1961 en la prefactura de Hyogo (Japón) y estudió en la Universidad de Arte de Osaka, en la especialidad de pinturas al óleo (aunque él afirma que en el mundo del manga es autodidacta).
Comenzó su andadura en el manga en 1983 con la publicación en el fanzine japonés Atlas de “Black Magic”. Shirow tenía 22 años en aquel momento, y fue gracias a “Black Magic” que Harumichi Aoki, presidente de la compañía Seishinsha, se fijó en él y le invitó a hacer su debut oficial a través de su empresa en el año 1985. De este modo, Shirow dibujó “Appleseed” específicamente para este debut (algo muy poco usual entre los autores japoneses, que normalmente aparecen por primera vez en revistas semanales con pequeños trabajos que posteriormente convierten en series más largas). Paralelamente a su debut con “Appleseed”, Shirow comenzó a dar clases de arte en un instituto, trabajo que realizó durante cinco años. Durante este periodo se involucró en los proyectos de “Ghost in the Shell” y “Orion”, también para Seishinsha. “Appleseed” se publicó por primera vez en 1985, y un año después ganó el premio Galaxy Award al mejor Cómic de Ciencia-ficción. En total, se publicaron cuatro volúmenes de “Appleseed” entre 1985 y 1989, y en 1992 el manga estaba ya totalmente traducido al inglés y había obtenido un éxito sin precedentes en el mercado de Estados Unidos. Posteriormente, esta serie fue lanzada también en anime.
Masamune Shirow refleja en sus trabajos su gran afición por la lectura y más aún su inclinación por las arañas y otros crustáceos. Además, la medicina, la ciencia en general, la filosofía, la estrategia militar, la mitología, la biología, la tecnologías ultradesarrolladas a base de micro chips y nano-tecnologías, las luchas con espadas y los toques de humor suelen combinarse en todas sus obras a través de argumento e ilustraciones.
En 1986 Shirow publicó “Dominion Tank Police”, y ese mismo año “Black Magic” apareció en anime con el nombre de “Black Magic M-66”. El primer episodio de “Ghost in the Shell” se publicó en 1990 en la revista Young Magazine, y enseguida se recopiló en formato tankoubon. Seis años después el cómic se convirtió en película, con la particularidad de que apareció simultáneamente en sus versiones inglesa y japonesa, estando dirigida por Mamoru Oshii. Para entonces, Masamune ya había comenzado la segunda edición de GITS: “Ghost in the Shell 2 – Man/Machine Interface”. Y aún nos dejamos infinidad de obras de este maestro en el tintero, como “Epson”, “Depots”, “ARMS” y “Neurohard” entre otras. De esta última obra hay que decir que ha servido de modelo para muchos otros creadores de manga, anime, juegos, etc. De hecho, muchos trabajos de otros autores se basan tanto en el dibujo como en la temática que Shirow instauró. Desde 2002, Shirow se ha centrado en la publicación de ilustraciones, y en el relanzamiento de sus obras más clásicas: “Ghost in the Shell” y “Appleseed”.
Estilo
Para hablar del estilo de Masamune Shirow no hay que hacer una distinción entre la forma de ilustrar y la de contar las historias: sus dibujos totalmente detallados, rodeados de máquinas, tecnología y ciencia ficción reflejan claramente la temática de sus historias y lo complicado de estas. Sus trabajos incorporan (según él mismo afirma) las tradiciones de la más temprana animación japonesa, y lo mezclan con enormes cantidades de ilustraciones sobre mechas que combinan la más avanzada y moderna tecnología. Habitualmente, la información técnica es muy detallada, casi intensiva. No sólo por parte de las ilustraciones, sino que viene también ampliada con información textual tan elaborada que casi se puede decir que interrumpe el curso de la historia, marcando un paréntesis en ella. Los héroes (o, mejor, las heroínas) suelen ser mujeres policía o mujeres soldado que forman parte casi siempre de historias de ciencia ficción. Por lo general, Shirow busca un entretenimiento fácil que evita los sentimentalismos.
Aunque el trazo del dibujo es importante, Masamune le da un papel fundamental al color. En una entrevista concedida a la revista Comickers Magazine en 1995, Shirow explicaba cómo puede dedicar entre 30 y 45 minutos al dibujo de, por ejemplo, una portada (escenarios incluidos). Pero para colorear ese dibujo emplearía al menos dos horas, y una hora más para dar los retoques finales de luces, brillos, etc.
Su gusto por las arañas y otros insectos (que colecciona como mascotas para cuidarlos y fotografiarlos en sus ratos libres) también se puede ver reflejado en su obra, en impresionantes ilustraciones de estos “bichos” trasformados muchas veces en mechas o ciborgs. Indudable es también su gusto por la maquinaria pesada que se refleja en los cientos de modelos de mecha que se pueden encontrar a lo largo de su creación, y por la más complicada tecnología: sus ilustraciones están cuajadas de complicados entramados de cables, conexiones, microchips y demás elementos que llegan a abrumar. Tan detallados son los dibujos de estas máquinas, tan complicados y completos son sus bocetos que cualquiera podría pensar que existen en la realidad, y que ya han sido fabricados, siendo la ilustración de Masamune una réplica de la realidad.
Los escenarios y la ambientación ciberpunk de sus historias son también inconfundibles. Con un gusto por la verticalidad (altos rascacielos rectangulares y simétricos que se elevan hasta el infinito) sus paisajes detallados y realistas muestran un mundo decadente, plagado de armas y de ciborgs, un mundo oscuro y en ruinas tan bien dibujado que roza la realidad.
Pero si Shirow dibuja mejor aquello que más le gusta, podemos estar seguros de que su “elemento” favorito son las mujeres: sus ilustraciones de chicas semidesnudas rodeadas por máquinas, de mujeres-robot y todos sus derivados son, sencillamente, impresionantes. Dice Shirow que lo más importante para que el dibujo resulte creíble son los ojos, que tienen que ser muy vivos, muy proporcionados y capaces de transmitir una sensación de tensión y electricidad. Y que todo ello debe contrastar con el mecanismo, con la tecnología que rodea a esa persona, y que debe parecer muy frío y muy pesado. La belleza y la perfección de los cuerpos femeninos que pinta este autor son excepcionales, con una combinación perfecta entre proporciones, trazos y colores que seguro han conseguido que más de uno se enamore perdidamente de una mujer de papel salida de las manos de este artista.
Corre el año 2131. Una guerra no nuclear ha asolado la tierra. Deunan Knute es una de las soldados que ha sobrevivido y, con todas las líneas de comunicación cortadas, vaga por los desolados parajes luchando sin saber que la guerra ya ha terminado. Ella ha sido entrenada como uno de los más altos soldados, con experiencia policial y de los SWAT, y está preparada para casi todo, pero no para resistir al asalto desde un helicóptero que la pilla por sorpresa. En él está Briareos, su antiguo amor, y la bella Hitomi, que trasladan a Deunan a la utópica y futurista ciudad de Olympus. Deunan está allí a salvo, pero va a encontrar algunas sorpresas: Briareos no es ya el humano que ella recordaba. La guerra ha dejado en él unas secuelas irreversibles, convirtiéndolo en un ciborg con el 75 por ciento de su cuerpo de metal. Y la utopía de Olympus tampoco parece ser la cabeza de un nuevo orden mundial.
Con tan desolador comienzo, “Appleseed” va a narrar una historia en la que el mundo perfecto de Olympus está en realidad controlado por los Bioroids, unos seres semi-humanos creados a proposito para cubrir las necesidades de Olympus y mantener el equilibrio de la ciudad, pero que se han hecho con el gobierno de la misma sometiendo a los humanos. La propia Hitomi es uno de estos Bioroids encargada de reclutar humanos del mundo exterior para ponerlos “a salvo” en Olympus. Gaia, un super-ordenador de la más avanzada tecnología va a controlar todas las fuerzas en la ciudad, pero ¿qué pasará con los ciudadanos que se sienten presos en una ciudad en la que los Bioroids controlan a los humanos?.
Este complicado argumento, muy en la línea de las obras de Shirow, incluye además otra subtrama: el pasado amoroso de Briareos y Deunan supone ahora un problema para ellos: ¿por qué ha cambiado Briareos? ¿Puede Deunan confiar en él? ¿Es Olympus un ideal o se ha convertido en una pesadilla? Deunan tendrá que superar su propio pasado y hacer frente a este extraño presente en una batalla que va a decidir el futuro de la humanidad misma.
Basada en el manga de Masamune Shirow que apareció por primera vez en 1985, la nueva versión anime de la obra está dirigida por Shinji Aramaki (director que desde siempre ha concentrado sus esfuerzos en el concepto de la creación de anime y el diseño de mechas, incluyendo últimamente también la preocupación por los trabajos en 3D) , y producida por Fumihiko Sori (un demandado productor de efectos especiales en la televisión japonesa, y un auténtico maestro de la imagen digital). De la misma época que el manga existe también una película de animación en el mismo mundo y con los mismos personajes, pero que cuenta una historia posterior a la de esta nueva versión. La nueva edición de “Appleseed” narra principalmente la historia de la llagada de Deunan a Olympus y su reencuentro con su antiguo amor Briareos; mientras que la versión de los años 80 situaba a la protagonista ya en Olympus convertida junto a su amante en miembro de la policía SWAT y luchando contra el grupo terrorista dispuesto a manipular el sistema de Gaia.
La versión de “Appleseed” recién estrenada en Japón combina la idea de Shirow y sus diseños originales con las más avanzadas técnicas de animación: un caso sin precedentes en el que toda la película está hecha a base de gráficos en 3D combinados con el dibujo de rasgos manga en los personajes y mechas. Esta técnica ya había sido utilizada para la creación de videojuegos, pero nunca antes se había volcado en una película de animación, lo que es ya un aliciente más para querer ver la nueva versión de “Appleseed” incluso si no se conoce la versión antigua o si ni siquiera se ha oído hablar de Shirow, del manga o del anime.
“Appleseed” tiene además dos influencias muy claras de otros dos ámbitos: la mitología griega y la literatura. En cuanto a la mitología, los nombres de la mayoría de los personajes tienen un significado en el mundo griego. Olympus, sin ir más lejos, es la ciudad utópica y perfecta de “Appleseed”, pero es también el monte más alto de Grecia donde, según el mito, vivían los dioses más importantes. También Gaia, el ordenador que controla toda la ciudad de Olympus en “Appleseed”, toma su nombre de una diosa griega, la que representa la tierra, que es precisamente lo que significa este nombre. Y un tercer lugar de la película es Tartarus (el Tártaro en nuestro idioma) que es, según la leyenda, dónde Zeus desterró a los titanes. Era el lugar donde vagaban las almas de los mostruos mitológicos, mientras que en “Appleseed” se toma este nombre para el enorme laboratorio donde se crean los Bioroids y también para el ordenador que controla el proceso. Del mismo modo, los nombres de algunos de los protagonistas está tomados de esta mitología clásica. Así, Athena, la Bioroid mandataria en Olympus, toma su nombre de la diosa griega de la sabiduría. Y también uno de los protagonistas, Briareos, toma su nombre de uno de los gigantes de 50 cabezas y 100 brazos.
En cuanto a las referencias literarias, las características de los Bioroids son muy similares a las de los sujetos que protagonizan “Un mundo feliz”, la popular obra de Aldous Huxley (1894-1963). Esta novela tiene lugar en un estado futurista en el que, para mantener el equilibrio y conseguir una sociedad plenamente feliz sin guerras, enfermedades ni dolor las personas son fabricadas a través de la ingeniería genética y condicionadas desde su nacimiento para cumplir unas determinadas funciones. También en este “Mundo feliz” habrá un pequeño porcentaje de humanos nacidos fuera de estos procesos que se intentarán revelar contra el sistema, igual que los terroristas que en “Appleseed” se revelan contra los Bioroids en la versión de los 80.
La tecnología más avanzada y futurista, las ciudades verticales y en ruinas, los mechas, las impresionantes mujeres, y también las arañas (representada en uno de los enormes robots que ya impresionaba por sus dimensiones en la película de los años 80) tienen su lugar en “Appleseed”, que se mantiene fiel al estilo de Masamune Shirow y lleva su firma personal tanto en los dibujos (los que se superponen a esos gráficos en 3D) como en el estilo futurista de la historia.
Conclusión
La versión anime que se hizo en la década de los 80 de “Appleseed” tenía un atactivo especial, no sólo por la historia que se contaba, sino también por los espectaculares dibujos de mechas y maquinaria y por la expresividad de los personajes diseñados por Shirow (incuso un ciborg con cabeza metálica consigue transmitir con sus movimientos una enorme expresividad). Si esto era así, mucho más atractiva es esta nueva edición del anime, que merece la pena ser vista aunque sólo sea por la novedad que supone el uso de gráficos en 3D en la totalidad de la película, combinados con los rasgos puramente japoneses de los personajes. La genialidad se Masamune Shirow se ve aumentada gracias a este nuevo sistema de animación que confiere un realismo impresionante a personajes, escenarios y, sobre todo, a los movimientos. Mechas, ciborgs, bioroids y humanos se mueven de manera absolutamente natural, dotando a las peleas de una espectacularidad difícil de encontrar en una obra de animación. Los fragmentos de película y los trailers que nos están llegando a través de la red confirman las sospechas de que este anime va a ser toda una obra de arte que, probablemente, marcará un antes y un después en el universo de la animación japonesa. Aunque todavía tendremos que esperar un poco para tener entre nosotros la traducción al castellano de “Appleseed”, la versión en japonés ya fue estrenada. Los afortunados que conozcáis el idioma no debéis perderos este estreno. Incluso sin saber japonés no está de más hacerse con alguno de los trailes y con fragmentos de la película, porque seguro que su estilo y sus efectos no os van a defraudar.