Saint Seiya : desde la mitología -2-

Continuación del análisis de los santos de Bronce.

Santo del Unicornio

Jabu es el nombre del santo japonés de 13 años portador de la armadura del Unicornio. El Unicornio era un caballo fabuloso con un retorcido y largo cuerno en la frente, al cual se le otorgaban poderes mágicos, y de hecho, el poder de este santo lo conseguía gracias al cuerno del casco de su armadura.
Como el ave Fénix, los orígenes del Unicornio se pierden en las tinieblas del pasado, aunque existe la teoría moderna de que dicho mito nacería de las descripciones deformadas que hicieron los antiguos viajantes sobre los rinocerontes. De todas formas, desde europeos a chinos, han creido en la existencia de este animal (su mayor apogeo fue en la Edad Media, aunque la creencia en él duró hasta bien entrado el S.XVIII). De carácter impetuoso, el Unicornio sólo podía ser calmado si una muchacha virgen lo acariciaba, momento en que podía ser cazado con facilidad.
La constelación del Unicornio se encuentra en el Hemisferio Sur, y no debe su existencia a la tradición grecoromana, sino al cristianismo de los primeros exploradores de dicha parte del mundo, que consideraban al Unicornio como un símbolo de Cristo.

Santo del León Menor

Como Jabu, Ban, el portador de esta armadura, pertenece al grupo de los santos de bronce llamados “menores”, criados la mayoría en el orfanato de Mitsumasa Kido junto a Seiya y compañía. Se les denominaba de esta manera por su participación casi anecdótica en la serie (que yo recuerde sólo tienen un papel destacado al principio de la serie, con el torneo intergaláctico, y en la saga de Hades). Para más inri, la armadura de este japonés de 15 años tampoco parece tener un símbolo astrológico importante, ya que la constelación del “Leo Minor” a la cual representa, no parece tener ninguna historia mitológica a sus espaldas, y su nombre es sólo para diferenciarlo del “Leo” de las constelaciones del Zodíaco (que sí son muy importantes).

Santo de la Osa Mayor

Geki, el japonés de 15 años portador de dicha armadura, es el más alto y corpulento de los santos de bronce, fortalecido por sus entrenamientos con osos en el Canadá (aunque Hyoga también lo hiciera, pero en Siberia).
Parece haber problemas para saber qué constelación representa su armadura, ya que según el manga es la “Osa Mayor”, pero en la saga de Asgard se nos dice que es la de la “Osa Menor”. A pesar de que estas dos constelaciones están relacionadas, también es verdad que son claramente diferenciables e importantes por su valor “orientador”, ya que han servido de punto de referencia para orientarse a los antiguos navegantes del mar cuando aún no existían las brújulas.
La historia mítica de estas dos osas es la siguiente: Zeus, en una de sus numerosas aventuras amorosas, sedujo a la nimfa del bosque Calisto, una compañera del séquito de la diosa de la Caza y la Luna Artemisa. Dicha nimfa le dió a Zeus un hijo al que llamó Arcas. Para proteger a madre e hijo de su celosa y vengativa esposa Hera, Zeus los convirtió en osos para que pudieran esconderse en las profundidades de los bosques y las montañas. Pero sin saber que dichos osos eran su antigua compañera y su hijo, Artemisa los mató en una cacería. Zeus, lamentándose por ese hecho, los elevó a los cielos, donde se convirtieron en dichas constelaciones.

Santo de la Hidra

Ichi, otro japonés de 14 años, caracterizado por su rapidez, y sus garras venenosas, es el portador de la armadura de la Hidra. En los cielos, los astrónomos distinguen dos constelaciones de la Hidra: una pequeña, llamada “Hidra macho”, y otra más grande llamada “Hidra hembra”. Parece ser que Ichi tiene en su poder la armadura de esta última Hidra, cuya historia es la que sigue: en los pantanos de Lerna vivía una especie de dragón o serpiente monstruosa que poseía múltiples cabezas. Este monstruo, llamado Hidra, era hijo de otros dos espantosos monstruos: su padre era Tifón, el más poderoso y grande de una raza de gigantes que lucharon contra los dioses en un remoto pasado, y su madre era Equidna, una bella mujer, sino fuera porque tenía una larga cola de serpiente en lugar de piernas. La Hidra de Lerna no era mucho mejor que sus padres: como ya he dicho, poseía múltiples cabezas con aliento venenoso en cada una. Al héroe Hércules se le encargó matar a esa alimaña como uno de sus doce trabajos. El semidios se encontró con la desagradable sorpresa de que a la Hidra le volvían a crecer dos cabezas más cada vez que se le cortaba una, de forma que no había modo de destruirla. Al final, Hércules quemó todos los cuellos que había decapitado para que no pudiesen brotar más cabezas de ellos.

Santo del Lobo

Nachi es otro huérfano del orfanato de Mitsumasa Kido de 14 años y japonés, cuyo papel en la serie también es casi mínimo (sólo sirve de “sparring” a Ikki).
Su símbolo, el Lobo, quizá merecía un mayor tratamiento por ser un elemento tan importante y profundo en la mente de la humanidad. Para los romanos, el lobo (“el Gran Cazador”) era el animal consagrado a Marte, el dios de la Guerra. Para la mitología griega, el rey Licaón fue transformado en lobo como castigo de los dioses por ofrecerles carne humana para comer.

Santo del Camaleón

June, una etíope de 14 años, se crió en la isla de Andrómeda junto a Shun, estableciendo una fuerte amistad (¿o algo más?) con él. Es una de las pocas chicas portadoras de una armadura. El Camaleón es una constelación sin transfondo mitológico. Su nombre se debe a que a mediados del S.XVI y para adelante, los exploradores que exploraron el Nuevo Mundo recién descubierto, también descubrieron las nuevas constelaciones del Hemisferio Sur, a las cuales pusieron el nombre de cosas o animales recién descubiertos en dichos continentes. Como el camaleón era el lagarto más extravagante que los europeos vieron, no tardaron en dedicarle una constelación.

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